La exdiputada federal Adriana Dávila no logró reunir las 27 mil 300 firmas de apoyo de parte de militantes para registrarse como aspirante a la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN).

Sin embargo, la panista realizó una dura crítica a su partido por las condiciones de inequidad en la obtención de las firmas de apoyo, así como el uso de los recursos a favor de Marko Cortés.

Dávila exigió a la Comisión Organizadora Nacional de la Elección del Comité Ejecutivo Nacional (CONECEN) confronte el 100% de las firmas proporcionadas por Cortés con las firmas que tiene registradas el Instituto Nacional Electoral (INE) y en el Registro Nacional de Miembros del PAN.

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Además, exigió realizar el análisis documental de las posibles falsificaciones; corroborar, por medios expeditos y en campo, que efectivamente la firma registrada fue otorgada al aspirante e iniciar los procedimientos legales correspondientes.

“Hoy afirmo que la democracia dejó de ser objetivo en nuestro partido que tanto se ha autodenominado democrático. Es duro y es complejo decirlo, pero esa es la realidad.

“No podemos llamar democracia el utilizar recursos humanos, económicos y técnicos de la estructura nacional, estatal y municipal para beneficiar a un solo candidato”, acusó la panista.

Agregó que el árbitro electoral interno no garantiza un proceso equitativo para quienes aspiran a dirigir al partido, y solo se ha prestado a cumplir con el “encargo” de la simulación.

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“Esta CONECEN ha permitido, ha dejado pasar y lo más grave, ha callado ante todo tipo de atropellos y delitos electorales. Su silencio cómplice, es también el resultado del partido que hoy tenemos”, dijo Dávila.

Entre las irregularidades que encontró la exdiputada durante la etapa de recolección de firmas y en la que se obtuvo únicamente 19 mil 600 y se quedó a siete mil 700 para conseguir el registro, fueron un padrón manipulado; la intervención del CEN a favor de Marko Cortés; el uso de recursos públicos y la distracción del personal partidista “para ofrendarle al líder y campeón como se autodenomina, el mayor número de firmas aunque no sean voluntariamente otorgadas para demostrar que tan poderoso se es internamente, aunque el país se caiga a pedazos y, la amenaza implícita o explícita de quitarles empleos o bien no dárselos en lugares donde ganaron, por cierto, algunos de esos espacios tienen que dividir su sueldo en dos”.

EAM