El colectivo artístico del activista afgano Omaid Sharifi pasó siete años transformando parte de los laberínticos muros de concreto de Kabul con murales coloreados. Hasta que llegaron los talibanes.

Desde que los islamistas tomaron la capital, muchas de las obras de arte callejero han sido cubiertas con pintura y sustituidas por lemas propagandísticos de la visión austera de los talibanes.

Las imágenes de trabajadores que tapan con pintura blanca las obras de arte callejero afectó a Sharifi, cuyo colectivo ArtLords ha creado más de 2 mil 200 murales en el país desde 2014.

“La imagen que viene a la cabeza es la de (los talibanes) poniendo un ‘kaffan’ sobre la ciudad”, dijo Sharifi a AFP en una entrevista telefónica desde Emiratos Árabes Unidos, en una referencia al lienzo mortuorio en el que se entierra a los musulmanes.

Pero incluso cuando los talibanes borran el trabajo de ArtLords y pese a tener que salir por su seguridad, Sharifi dijo que seguirá su campaña.

“Nunca nos quedaremos en silencio”, sostuvo el artista de 34 años desde un albergue para refugiados afganos. “Nos aseguraremos de que el mundo nos escuche y que los talibanes sientan bochorno cada día”, agregó.

Entre los murales borrados había uno que mostraba al enviado estadounidense Zalmay Khalilzad estrechando la mano del cofundador de los talibanes, Abdul Ghani Baradar, tras firmar un acuerdo de 2020 para el retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán.

Sharifi cofundó ArtLords en 2014 para usar el arte como forma de promover la paz, la justicia social y la transparencia.

El prolífico grupo a menudo expuso a los poderosos en Afganistán con su arte callejero, incluyendo a señores de la guerra y funcionarios sospechosos de corrupción.

Sus murales honraron a los héroes afganos, defendieron el diálogo en lugar de la violencia, y exigieron derechos para las mujeres.

Los integrantes del colectivo enfrentaron amenazas de muerte y fueron tildados de infieles por extremistas islámicos, pero se mantuvieron firmes hasta el final.

La mañana del 15 de agosto, con los talibanes a las puertas de Kabul, Sharifi y cinco de sus colegas fueron a trabajar en un mural en un edificio gubernamental.

En cuestión de horas comenzaron a ver gente que salía corriendo de los edificios públicos y decidieron regresar a la galería de ArtLords.

LEG