A esa quizás radical izquierda reacciona una igualmente extrema derecha
Foto: AFP A esa quizás radical izquierda reacciona una igualmente extrema derecha  

Quien pensaba que con el fin de la Guerra Fría se había terminado la visión polarizada entre dos visiones del mundo y de la política (en ese entonces el Occidente vs. el comunismo, la URSS) se equivoca.

Hoy en día existe el llamado Grupo Parlamentario Progresista Iberoamericano del Grupo de Puebla, cuyas líneas de acción incluyen “la defensa de sus instituciones democráticas (…) a fin de evitar regímenes cívico-militares autoritarios y fascistas”.

Creado principalmente por líderes progresistas, entre sus integrantes figuran el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y la ministra Irene Montero; Lula da Silva, de Brasil; Rafael Correa, de Ecuador; y el boliviano Evo Morales, así como el mexicano Cuauhtémoc Cárdenas.

A esa quizás radical izquierda reacciona una igualmente extrema derecha. El líder del partido español Vox, de la ultra derecha española, promueve ahora la llamada Carta de Madrid, documento que aglutina al conservadurismo global para enfrentar una eventual lucha contra “el comunismo”.

La semana pasada, Abascal se paseó por México recolectando firmas, logrando algunas de senadores y diputados panistas. A nivel global suman más de 8 mil las firmas de adhesión a esta iniciativa en la que la fundación de Vox, Disenso, ha tenido un papel primordial en su difusión y en la búsqueda de apoyos. Entre los destacados, la presidenta de Fratelli d’Italia, Georgia Meloni, y el polémico exactor y amigo de Donald Trump, Eduardo Verástegui, mexicano.

AR