Mientras el índice de contagios de Covid-19 en Latinoamérica aumenta dramáticamente, la carrera por vacunar a la mayor parte de la población sigue su marcha, y los países buscan nuevas alianzas.

Los gobiernos hacen lo necesario por asegurar a sus poblaciones el acceso efectivo a la vacuna, cualquier vacuna; y de paso, cooperar con sus vecinos.

Actualmente, Latinoamérica cuenta con más de 2 millones de muertes asociadas al virus y se posiciona como la región con mayor índice de letalidad, según datos de la OMS. Esta cifra es casi el doble de la región en segundo sitio, Europa, con 1.2 millones de decesos acumulados.

Chile anunció en agosto su asociación con el laboratorio chino Sinovac para la apertura de dos plantas donde se realizarán labores de investigación, además del llenado y envasado de la versión Coronavac. Se estima que la capacidad de producción podría llegar a 50 millones de unidades al año una vez den inicio las operaciones, durante el primer trimestre del 2022.

Por su parte, la alianza Pfizer/BioNTech anunció la semana pasada el acuerdo con la farmacéutica brasileña Eurofarma para el envasado y distribución de las 100 millones de dosis anuales que se espera producir y cuyo uso se tiene previsto exclusivamente para Latinoamérica.

“Todos, independientemente de su condición financiera, raza, religión o lugar geográfico, merecen acceso a las vacunas contra el Covid-19 que salvan vidas”, dijo el director de Pfizer, Albert Bourla.

Ecuador analiza la posibilidad de establecer una planta para las vacunas Sputnik Light y Sputnik V, que cuenta ya con producción en Argentina.

A lo largo del continente, los esfuerzos van en la misma dirección. La farmacéutica estadounidense Moderna también ha firmado un acuerdo con Canadá para la apertura de su primera fábrica fuera del país con la intención no solo de satisfacer la demanda de vacunas contra el SARS-CoV-2, sino también de adelantarse ante posibles nuevas pandemias.

Estos modelos de cooperación no representan un mero ejercicio. Recordemos que hace un año en México la Fundación Carlos Slim ya firmaba su primer acuerdo de este tipo con AstraZeneca. En el acuerdo se establecía que, junto con Argentina, serían los dos países encargados de la producción, envasado y distribución de entre 150 y 250 millones de vacunas para Latinoamérica.

Según reportes de la Secretaría de Salud, México ha recibido más de 97.4 millones de dosis de Pfizer, AstraZeneca, SinoVac, Sputnik V, Cansino, Janssen (de Johnson & Johnson) y Moderna.

CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS

… Y en Cuba, avalan uso de la china Sinopharm

Para hacer frente a la crisis sanitaria en la que se encuentra, Cuba aprobó el uso de la vacuna china contra Covid-19, Sinopharm. Su aplicación (que inició ayer) se sumará a la de Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus, desarrolladas en la isla.

“La decisión tiene que ver con acelerar la vacunación y con los problemas de producción que han tenido las vacunas cubanas”, aclaró Amílcar Pérez-Riverol, investigador cubano en la Universidad Estatal de Sao Paulo (Brasil).
Sinopharm cuenta con la recomendación de la OMS y no tiene limitaciones alérgicas.
LEG