Consciente o inconscientemente, el presidente López Obrador ‘infló’ la figura de Ricardo Anaya a tres años de la elección presidencial, y seguramente tiene en sus manos el alfiler para intentar sacarle el aire en el momento en que lo requiera.

Al cuestionarlo desde la conferencia mañanera y hasta recomendarle qué hacer si no debe nada, abre ese foro a la figura del panista y debilita la posibilidad de una futura escisión en el morenismo, cuando menos ruidosa, encabezada por otro Ricardo, el senador Monreal.

Al hacer eco de las indagatorias de la FGR, que presuntamente involucran al excandidato presidencial en una cadena de complicidades para “entregar el petróleo a las empresas extranjeras”, AMLO pone a prueba la popularidad y la credibilidad que tiene Anaya y provoca una amalgama adelantada de apoyo en torno al panista, que calcula será mínima.

Monreal se sabe marginado de la confianza presidencial y si no abandona Morena en estos momentos es porque considera que le facilita las cosas a quienes lo quieren ver fuera.
Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, dos de los personajes identificados como posibles candidatos morenistas por el mismo Presidente, corren en las pistas que les asignó:
Más hábil y con mayor proyección, el secretario de Relaciones Exteriores aprovecha los temas de la adquisición de vacunas, el envío de víveres a Haití, el ofrecimiento de asilo a los perseguidos de los talibanes, y avanza en su sorpresiva demanda contra firmas estadounidenses por la venta indiscriminada de armas en EU afectando indirectamente a México…Y de paso se retrata sonriente con Monreal.
En tanto, la jefa de Gobierno ha recibido un par de empujoncitos desde Palacio Nacional para emparejar la carrera: López Obrador, por ejemplo, tomó el caso de la Línea 12 en sus manos y la llevó a una gira por el estado de Chiapas, en donde la invitó a hablar desde San Cristóbal de las Casas sobre la reconstrucción en la CDMX. Semanas antes, Sheinbaum alineó la imagen institucional de su Gobierno con la del Gobierno federal.

A pesar de la distancia, Monreal ha operado para sacar adelante las peticiones que salen de Palacio Nacional, pero sin dejar de mostrar su fuerza y su trabajo político con los líderes de las otras fracciones, pero los morenistas que no simpatizan con él no dejan pasar un día sin cuestionarlo.
Pero a diferencia de los morenistas anti Monreal, en la oposición hay sectores que lo ven como un candidato viable, o un político que puede brindar apoyo considerable a otras figuras
… y es ahí en donde entra la estrategia de ‘inflar’ consciente o inconscientemente a un político que dividió a su propio partido y traicionó a varios de sus mentores, pero que, ante la ausencia de un líder fuerte de oposición, para muchos puede ser una opción.

Inflar a Anaya y colocarlo como un candidato perseguido, a estas alturas, es darle rostro a los rivales de la 4T, dividir a la oposición y convocar a la unidad contra los cien por ciento fieles al actual Presidente.


#LoboSapiens
‘La regencia’ de Tabasco
Con cierta operación política, a la salida de Adán Augusto López como gobernador de Tabasco, se nombró a Carlos Manuel Merino Campos como interino; el superdelegado fue nombrado unas horas antes secretario de Gobierno para poder ‘cumplir con la constitución local’.

 

@chimalhuacano