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Foto: AFP Irak, también quedará desmantelado con la salida de las tropas estadounidenses. Paquistán, con sus ancestrales rivalidades con la India resulta otro escenario de conflicto  

Con la paulatina salida de las tropas estadounidenses, británicas y de otros países occidentales de Afganistán se hace más evidente la construcción en ese país centroasiático de un Estado fallido. Joe Biden lo manifestó a la ABC News: “No sé como hubiera sido posible que Estados Unidos saliera de Afganistán sin provocar caos”. En efecto, la ocupación de los marines estadounidenses por casi dos décadas en tierras afganas no generó grandes cambios, la estabilidad política fue precaria. Bajo la política del Pentágono, se convirtió Afganistán en una gran narcoeconomía, ya que la producción del cultivo de amapola se incrementó dramáticamente, y Afganistán se tornó en el mayor productor a nivel mundial. Ahora, uno de cada 10 jóvenes afganos es opiómano.

George W. Bush, cuando ordenó la invasión, pretendía acabar con el “terrorismo radical islámico”, dos décadas después… sigue intacto y reforzado. Los soldados contaban en sus filas con muchos indocumentados hispanos. Las bajas de las tropas de la Casa Blanca sumaron apenas un poco menos de 2 mil 500 efectivos, la mayoría fueron afganos (más de 100 mil). Hoy en Afganistán impera la violencia irracional generada por los talibanes. Nuevas fuerzas de la resistencia civil comienzan a destacar, como los tayikos y otras minorías. Su principal dirigente, Ahmad Massoud ha comenzado a llamar a conjuntar fuerzas insurgentes contra el poder del Talibán.

El escenario que la Casa Blanca sembró es de una gran inestabilidad. Resultando así una frágil economía y un nuevo tapón para la “Nueva Ruta de la Seda”.

Países como Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán, donde Rusia mantiene un clara influencia, no desean la inestabilidad al sur de sus fronteras. Irak, también quedará desmantelado con la salida de las tropas estadounidenses. Paquistán, con sus ancestrales rivalidades con la India resulta otro escenario de conflicto.

Irán, de una u otra manera dejará sentir su influencia. Todo este escenario se genera en medio de la pandemia desatada por la emergencia de la Covid-19, en una región donde su crecimiento es descontrolado. Es así que en esta región centroasiática se podrían generar fuertes conflictos en sus fronteras, a lo que se suma la ya creciente migración forzada que comienza a impactar a todos los países fronterizos y a Europa occidental. Washington hereda una estela de conflictos por sus intervenciones y deja uno de sus grandes logros intervencionistas en Afganistán, un Estado fallido.

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