Yo también tengo otros datos señor Presidente. Déjeme decirle que una vez más le informaron mal, usted se equivoca: a mí no me alentó ninguna empresa para crear el sindicato, fueron los trabajadores afectados económicamente y hartos de estallar más de 358 huelgas a capricho de Napoleón Gómez Urrutia, en respuesta a los cuestionamientos del desvío de 55 millones de dólares que le robó a los obreros de Cananea que, por cierto, no ha dado ninguna explicación y se ampara bajo una auditoría fraudulenta y hecha a modo para él.

De tal número de huelgas ilegales, donde destacan Cananea, Sombrerete y Taxco, los trabajadores no tuvieron salarios ni prestaciones, se quedaron sin reparto de utilidades. Por el contrario, Napito exigía para uso y beneficio propio 100 millones de dólares a cambio de levantarlas. Es mentira que se lo ofrecieron, él los exigía, a nadie queda duda que de haber sido una propuesta la hubiera aceptado. 

Tampoco fuimos beneficiados por el Gobierno, la Secretaría del Trabajo no le dijo que la Toma de Nota al Sindicato Frente, mismo que encabezo, nos fue entregada seis meses después de haber cumplido con los requisitos de ley y de presentar la detentación de diez Contratos Colectivos de Trabajo. 

No crea que la democracia sindical nació en esta administración, todos los agremiados del Frente se sumaron mediante el voto libre, secreto y directo. Tampoco somos ajenos a las votaciones vigiladas, en nuestros comicios han estado personal de Gómez Urrutia y hemos ganado limpiamente. 

Mi seguridad también está vulnerada, desde la formación del Sindicato Frente, soy víctima de acoso y amenazas por parte de Gómez Urrutia y sus allegados, aprovecho para responsabilizarlo de cualquier acto en mi contra. 

Hoy me sorprende que siga creyendo que Napillo se exilió en Canadá sin culpa alguna, déjeme recordarle que hay vigentes tres laudos que le ordenan devolver los 55 millones de dólares que le arrebató a sus agremiados. 

También lo engañan con la mina de Cosalá, Sinaloa, nunca he puesto un pie en ella, desde el 25 de enero del 2020, Napillo ordenó tomarla de manera violenta y desde esa fecha continúa cerrada por hombres armados. Tras el hecho los trabajadores me buscaron y me pidieron demandar la titularidad del CCT para evitar perder su empleo. Finalmente en un proceso lleno de irregularidades dieron por ganador a Napillo.

Impugné el resultado pero, en un acto de imposición, pisoteando la libertad sindical y los derechos laborales, las secretarías de Gobernación, Economía y Trabajo obligaron a la empresa a firmar un convenio con Gómez Urrutia para el reinicio de operaciones. Por lo que es claro que el único responsable del paro de la mina, es Napoleón Gómez Urrutia, a quien ustedes siempre han apoyado.

Señor Presidente, estoy en completa disposición de acudir a donde me indique para aclarar cualquier duda no solo de Cosalá, sino de: ¿Cómo llegó Napito a la dirigencia del sindicato sin ser minero? ¿Por qué de las huelgas de Cananea, Sombrerete y Taxco? ¿De dónde costeó los excesos y lujos durante los diez años de su autoexilio? ¿Dónde están los 55 millones de dólares? ¿Por qué lo hicieron senador si tiene doble nacionalidad, la canadiense y la mexicana? Por decir lo menos. 

Napillo sigue sin esclarecer los hechos que han impactado a la clase obrera y manchado la historia del sindicalismo mexicano. No seamos omisos ni ciegos. Napillo sigue tomando minas, explotando trabajadores y extorsionando a las empresas, la diferencia es que pareciera que ahora lo hace bajo la protección e impunidad de su Gobierno.

 

@CarlosPavonC