beirut
Foto: AFP El impacto y la catástrofe fue de tal magnitud que se preguntaban si era un ataque terrorista o el inicio de una guerra  

El 2020 no solo fue el año de la pandemia; otros eventos, algunos trágicos, sucedieron también, aunque para muchos pasaron en segundo plano. Líbano fue testigo de uno: la megaexplosión de silos en el puerto de Beirut, debido a la combinación de químicos altamente combustibles.

Un error por falta de previsión y mantenimiento en las bodegas los agentes flamables ocasionó que, el 4 de agosto del año pasado, la capital libanesa, Beirut, viviera momentos de terror. El impacto y la catástrofe fue de tal magnitud que se preguntaban si era un ataque terrorista o el inicio de una guerra.

Rápidamente, las imágenes que la gente grabó desde las torres habitacionales cercanas circularon por las redes sociales y el mundo pudo contemplar lo que por momentos parecía un hongo nuclear.

A un año del accidente, la sociedad de aquel país del Medio Oriente, de por si castigada por los gobiernos, la pobreza y las guerras, vemos los resultados del despertar colectivo que se generó, al salir a las calles a luchar por un cambio en las esferas del poder, para manifestar su descontento con la corrupción que originó este accidente, llevando al gobierno de Hassan Diab a dimitir.

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