barco Mercer Street AFP
Foto: AFP El ataque se ejecutó con drones  

La historia comenzó el jueves pasado, cuando se informó que dos personas (un ciudadano británico y uno rumano) de la tripulación de un barco petrolero de origen israelí murieron durante un ataque frente a las costas de Omán: “Con una gran tristeza, nos hemos enterado que el incidente a bordo del Mercer Street se saldó con la muerte de dos miembros de la tripulación”, tuiteó Zodiac Maritime, empresa internacional con sede en Londres. El buque es gestionado por esa armadora, propiedad del multimillonario israelí Eyal Ofer.

De inmediato, altos cargos israelíes atribuyeron el ataque a Irán, una posibilidad también contemplada por expertos sobre unos hechos que tuvieron lugar en una zona estratégica, donde embarcaciones israelíes ya han sufrido este tipo de incidentes.

Y días después, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, prometió una respuesta colectiva con sus aliados contra Irán: “Estamos en contacto con Reino Unido, Israel, Rumania y otros países. Y habrá una respuesta colectiva”.

Irán negó los hechos, y prometió responder, a su vez, a cualquier “aventurerismo” en su contra, según su ministerio de Relaciones Exteriores: “No dudaremos en proteger su seguridad y sus intereses nacionales, y responderá inmediata y decisivamente a cualquier posible aventurerismo”, señaló el portavoz Saeed Khatibzadeh.

Ayer, el mismo ministro de Defensa israelí, Benny Gantz y el ministro de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, informaron a los embajadores de los países miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que “Saeed Ara Jani, jefe del Comando de Vehículos Aéreos no Tripulados del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní es el hombre personalmente responsable de los ataques terroristas en el Golfo de Omán”, junto a “Amir Ali Hajizadeh, comandante de la Fuerza Aérea del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní (CGRI), quien está detrás de decenas de ataques terroristas en la región”.

Enfatizaron que ese ataque no es parte de un conflicto bilateral, sino que “contra la comunidad internacional”.

 

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