Una de las grandes protagonistas de los Juegos Olímpicos es Simone Biles, y no lo es por las medallas conseguidas, sino por dejar al equipo estadounidense de gimnasia en plena competencia. La gimnasta acusó mucha presión y agradeció todo el apoyo y amor que recibió en los últimos días.

Tras abandonar las finales por equipos y anunciar que tampoco participaría en la final individual de los Juegos Olímpicos de Tokio, Simone Biles ha utilizado las redes sociales para agradecer el apoyo recibido.

Aún no se sabe si la gimnasta disputará las finales por aparatos que se celebran a partir del próximo 1 de agosto. Lo que digan los médicos será determinante. Mientras tanto, Biles escribe por primera vez en su cuenta oficial de Twitter después de lo ocurrido.

“El torrente de amor y de apoyo que he recibido me ha hecho darme cuenta de que soy más que mis resultados y mi gimnasia, lo que nunca creí antes de verdad”, ha publicado la medallista olímpica.

El caso de Simone Biles reabre el debate sobre la presión a la que se ven sometidos los deportistas en grandes citas como los Juegos Olímpicos de Tokio. No todos los atletas saben llevar esta presión y transformarla en buena energía para que se traduzca en grandes resultados.

SUNISA LEE TOMA LA ESTAFETA

Con la anterior campeona Simone Biles animándole con mascarilla desde la grada, Sunisa Lee logró en Tokio el oro olímpico del concurso general femenino de la gimnasia artística, en el que Estados Unidos domina sin interrupción en los Juegos desde 2004.

Sunisa Lee, de 18 años, terminó el concurso con un total de 57,433 puntos y superó en el podio del día a la brasileña Rebeca Andrade (57,298 puntos) y a la rusa Angelina Melnikova (57,199 puntos), que fueron plata y bronce respectivamente.

LEG