Al presidente Andrés Manuel López Obrador le gusta retar a sus críticos. Lo disfruta y, por eso, por tercera ocasión durante su mandato visitará Badiraguato, Sinaloa, tierra de Joaquín El Chapo Guzmán y otros encumbrados líderes del narcotráfico.

El tabasqueño liberó, en octubre de 2019, a Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos, y en marzo de 2020, bajó de su camioneta para saludar a la mamá del mismo personaje.

López Obrador quiere demostrar que puede pisar cualquier parte del territorio nacional, no importa que esas regiones sean controladas por el narcotráfico, pero el mensaje que manda va en sentido contrario.

Con todos los antecedentes de su condescendencia con el crimen organizado, enarbolado por “los abrazos, no balazos”, pareciera que hay un acuerdo tácito entre el Gobierno y el narcotráfico en el que priva la máxima: “si no te metes conmigo, no me meto contigo”.

Esa zona del país, conocida como el Triángulo Dorado, donde convergen Sinaloa, Chihuahua y Durango, es dominada por los hijos del propio Chapo Guzmán y por Ismael El Mayo Zambada.

En plena veda electoral, por la consulta para enjuiciar a expresidentes, que se llevará a cabo el próximo domingo, el mandatario mexicano revisará la construcción del tramo carretero que va de Badiraguato a Guadalupe y Calvo, lo que es una nueva violación a la ley, porque se trata de promoción de obra pública.

Sin embargo, eso en Palacio Nacional no tiene la menor importancia. Previo a las elecciones del 6 de junio, el Presidente infringió en diversas ocasiones la legislación electoral. ¿Por qué ahora no habría de hacerlo? No hay alguien que se atreva a sancionarlo.

La gira de mañana por la zona dominada por el Cártel de Sinaloa inicialmente había sido marcada como “privada”, pero horas más tarde, el vocero presidencial Jesús Ramírez Cuevas, informó que sería pública.

El Presidente ofrecerá la conferencia matutina en Sinaloa y luego, a las 11:15 horas, supervisará la obra. Después no se saben mayores detalles de su agenda y si no se hace pública, será espacio propicio para las especulaciones.

Mañana será uno de esos días que disfruta el Presidente. Todos estarán atentos para ver a quien saluda.

Directo: el presidente de Morena, Mario Delgado, sigue con su grilla en contra del INE. Acusó al órgano electoral de sabotear la consulta del próximo domingo, porque, según él, no sirve el sistema para ubicar las mesas receptoras. Falso, funciona perfectamente. Como siempre, Delgado ya busca a quien culpar de su fracaso.

Indirecto: extraña la defensa que hace el Presidente, de Samuel García, multado por el INE por irregularidades en el financiamiento de su campaña. ¿A quién le conviene descalificar al gobernador electo de Nuevo León?, ¿quién ganaría? Ahora sí que, ¿de parte de quién? preguntó López Obrador. ¿Será que hay acuerdos ocultos? ¿Por eso Movimiento Ciudadano no fue con la alianza opositora el 6 de junio?

@maurijua