José Ureña

Debe valorarse.

El partido del Gobierno y sus aliados estaban listos para decidir la agenda legislativa según la instrucción presidencial.

Todo muy preciso:

Defenestración del fiscal de Morelos, Uriel Carmona Gándara, por instrucción judicial.

Desafuero de dos diputados federales, Saúl Huerta y Mauricio Toledo, ambos incondicionales del Gobierno federal y su partido.

En la agenda quedan varias ratificaciones.

El nuevo gobernador del Banco de México (Banxico), Arturo Herrera, y los secretarios de Hacienda y Crédito Público, Rogelio de la O, y de la Función Pública, Roberto Salcedo.

Otro tema, el sustantivo, es el transitorio legal para ampliar el plazo -al 1 de enero de 2022- para abolir el outsourcing o subcontratación.

Pero esas son las consecuencias.

Lo trascendente es cuanto sucedió ayer.

APLANADORA DERROTADA

Fue una negociación al mayor nivel.

Intervinieron actores de todo tipo.

Por supuesto los coordinadores del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en el Senado, en la Cámara de Diputados y altos funcionarios de la Presidencia de la República.

Está claro: Ricardo Monreal, Ignacio Mier, los coordinadores parlamentarios del PRI -ya no está René Juárez Cisneros y eso pesa-, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.

Aquí lo sobresaliente es cómo el superpoderoso consejero presidencial Julio Scherer no pudo destrabar un problema en apariencia simple.

Todos son temas fáciles.

Nadie, con juicio lúcido, se opondría a quitar la inmunidad legal a un acusado de violador de menores y otro de varios delitos.

Pero así es.

Y aunque usted no lo crea, tienen sus protectores dentro del partido del Gobierno porque les hacen falta esos votos para ganar decisiones fundamentales en la Cámara de Diputados.

Esas artimañas han pesado aunque traten de disfrazarlas y, salvo acuerdo de emergencia, no habrá periodo extraordinario del Congreso de la Unión.

Pero el dato sustantivo fundamental es: la oposición ha frenado a la aplanadora oficial en San Lázaro.

Es su primera victoria tras prometer una unidad inflexible de varias fracciones en San Lázaro para impedir a la mayoría gubernamental operar como lo ha hecho en todo el sexenio.

Un avance, además de cuanto sucederá en la próxima Legislatura cuando PRI, PAN, PRD y tal vez MC impidan el mayoriteo como antes lo impusieron los priistas en el pasado.

ACABADOS EN SANTA LUCÍA

Ha pasado un poco desapercibido.

En el aeropuerto de Santa Lucía, o Felipe Ángeles para el Gobierno, han comenzado a instalar los acabados de la estación terminal.

No es el principio del final de la construcción, pero da idea de las premuras con las cuales se trabaja por instrucción presidencial.

Es decir, van a tiempo.

El propósito es inaugurar la terminal en marzo del año próximo en sus instalaciones militares y civiles, aunque solamente haya un par de pistas de aterrizaje y despegue, evidentemente insuficientes.

Las empresas constructoras, contratadas por el Ejército Mexicano a cualquier precio, son apremiadas para no retrasar los trabajos.

Pronto aparecerán fotografías de los nuevos arreglos: alfombras en los pasillos y algunos adornos para dar imagen de modernidad a una obra de bajo costo según los estándares internacionales.

LEG

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