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Foto: AFP Saca se encuentra preso acusado de malversación de fondos durante la administración de su gobierno, cuando su partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) lideró el país  

La coyuntura en El Salvador ha estado gravitando en los últimos tiempos por las declaraciones ante una comisión especial de diputados nacionales, donde el expresidente Elías Antonio Saca (1 de junio de 2004-1 de junio de 2009) manifestó el manejo de recursos que durante su administración se realizaron con la llamada “partida secreta”, que ejerció a plena discreción durante su gestión. Saca se encuentra preso acusado de malversación de fondos durante la administración de su gobierno, cuando su partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) lideró el país.

Esa serie de recursos se orientaban a cubrir los llamados sobresueldos provenientes de los fondos públicos. Práctica que siguió desarrollándose durante diversas administraciones de otros gobiernos. Pero con la actual administración del presidente Nayib Bukele se han frenado esos mecanismos de canonjías a los funcionarios de gobierno que eran distribuidos a discreción de quien ocupara la Presidencia.

En el fondo de todos esos mecanismos de reparto discrecional de recursos se puso de relieve el manejo de prácticas de corrupción que afectaron al Estado salvadoreño por un estimado de más de mil 300 millones de dólares. Pero en ese reparto de recursos del presupuesto nacional también fueron beneficiados diversos actores políticos. Por ejemplo, se aceptó por parte de Saca la entrega de recursos a dirigentes de los partidos políticos tanto del Partido de Conciliación Nacional (PCN) como del Partido Demócrata Cristiano (PDC).

Esta situación de poner en evidencia el manejo de recursos por el expresidente Saca se realiza en un contexto donde el actual Gobierno del presidente Nayib Bukele tiene un amplio dominio con los diputados de su partido Nuevas Ideas. Así, en materia de sus políticas de seguridad, Bukele ha propuesto incrementar el número de efectivos para los próximos años tanto de las fuerzas armadas como de las policías del país. Especialmente frente al crecimiento de la delincuencia organizada por medio de las llamadas pandillas (la Mara Salvatrucha y la M18). Sin duda, la gestión del joven mandatario salvadoreño se da en el marco de la propuesta de gestar en el curso del presente año nuevos mecanismos financieros que pongan en circulación las llamadas criptomonedas. Lo que también ha generado expectativas y alarmas en el sistema financiero internacional.

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