El domingo pasado, seis personas descendieron al cráter del volcán Xitle, pero la mala fortuna y la elección de una de las rutas más complicadas convirtieron lo que debió ser un paseo de esparcimiento en una escena de terror para toda una familia.

El Sol brillaba en lo alto y la familia, compuesta por cuatro menores, un hombre y una mujer, se les hizo fácil bajar por la zona de los arenales del Xitle, un área donde no hay puntos de anclaje, donde no hay forma de detenerse y en la que las botas se deslizan incluso estando sentado.

Un paso en falso, un resbalón de alguno… y los seis fueron arrastrados al cráter. Cinco terminaron con lesiones, menos la madre de familia, quien falleció debido a sus heridas. Para el resto, vendrían seis horas de espera antes de que todos, incluyendo el cuerpo de la mujer, fueran rescatados.

“Fue muy complicado el rescate… subimos y luego bajamos al cráter, volver a subir hasta donde habían caído, volverlos a descender al cráter, posteriormente sacarlos y tres de ellos fue por vía aérea (helicóptero Cóndor)”, relata Carlos Ernesto Hernández Colín, subdirector de Salvamento y Rescate del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM).

“Nos subimos a la orilla del cráter, donde pasó la aeronave… enganchamos a las personas, pero el cuarto y el quinto no pudimos hacerlo de esa forma por las condiciones climatológicas; empezó a llover y una tormenta eléctrica ponía en riesgo todas las operaciones, decidimos bajarlos por tierra hasta las unidades médicas y los llevamos al hospital”, destaca El Jefe, como le llama su gente.

Con los sobrevivientes a salvo, sólo quedaba el cadáver de la mujer, pero ante el clima adverso era imperante evacuar a los rescatistas de la zona, por lo que solicitaron la autorización de los servicios periciales para poder moverla.

“Creemos que alguno resbaló y arrastró a los demás, pero eso lo tiene que determinar servicios periciales y las investigaciones que se realicen… cayeron aproximadamente 75 a 100 metros, en una pendiente de 90 grados”.

Al año, el ERUM realiza alrededor de 30 a 35 rescates en las zonas boscosas de la ciudad, debido a excursionistas que acuden sin equipo y sin experiencia; de hecho, entre 3 a 4 servicios al mes se realizan en la zona Sur y Poniente de la ciudad.

Apenas hace dos semanas fueron rescatas 15 personas extraviadas en el Ajusco y otras dos en la zona de Los Dinamos.

Recomendaciones

Al visitar zonas boscosas de la CDMX toma en cuenta lo siguiente:
Contratar un guía experimentado
Informarse de las rutas
Llevar mapa y GPS
Avisarle a un familiar la hora de salida y el regreso
Llevar agua, chocolates y ropa cómoda
Ropa cómoda y adecuada al igual que el calzado
Celular cargado, linterna, mochila y botiquin

 

LEG