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La paternidad responsable y apoyada por una alianza de instituciones de Gobierno, particulares, empresarios y ciudadanas debe tener como objetivo reducir riesgos delictivos en menores de edad y evitar ilícitos como la pornografía infantil.

Niñas, niños y adolescentes son víctimas en su inocencia, desconocimiento o falta de guía familiar, y se les revictimiza cuando usuarios de redes o ciudadanos almacenan, describen y comparten contenidos ilícitos, en ocasiones a partir de un criterio de indignación, pero que incurren en una práctica ilegal sancionada penalmente.

Entre marzo y abril los reportes de pornografía infantil incrementaron 73%, de acuerdo con el Centro de Respuesta de Incidentes Cibernéticos de la Dirección General Científica de la Guardia Nacional, a cargo del General Luis Rodríguez Bucio.

A su vez, la Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX, dirigida por Omar García Harfuch, recibe 10 reportes semanales de perfiles, mensajes o páginas con contenido sexual que afectan a menores de edad.

La pornografía infantil empieza a ser, peligrosamente, una práctica normalizada, y su dimensión llega a estar modificada o moderada por la forma como es percibida normativa o culturalmente.

En las últimas semanas, el caso viralizado de la youtuber conocida como YosStop evidenció este problema, al ser acusada de pornografía infantil, al almacenar y compartir un video de una agresión sexual a una menor de edad.

La educación digital es una encomienda para asuntos de la vida diaria. Madres y padres están ante un nuevo panorama que la pandemia aceleró. Si las actividades cotidianas se mudaron al espacio virtual, los delincuentes también lo hicieron, y ahora buscan enganchar víctimas en esa dimensión.

Las organizaciones criminales despliegan una operación que implica desde fingir identidades en redes sociales o videojuegos para acercarse a niñas, niños y adolescentes, hasta el desarrollo de delitos como la pornografía infantil, la sextorsión o la trata de personas en su modalidad de explotación sexual.

En la Ciudad de México, los esfuerzos del Gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum van enfilados a mejorar la educación digital, pero también a fomentar la denuncia y la investigación.

La semana pasada, al participar en un conversatorio de la organización Alumbra —que combate la violencia infantil— quedó en claro la urgente necesidad de que la cultura de la prevención y la denuncia sea la base en el ámbito familiar.

Desde el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX respaldamos este enfoque en el combate al delito, y apoyamos con asesoría jurídica y psicológica gratuita, 24/7 a cualquier sitio del país, a través de la Línea de Seguridad y el Chat de Confianza 55 5533 5533 o en la Línea y Chat Nacional contra la Trata de Personas 800 5533 000.