José Ureña

No habrá, dijo el Presidente en Guerrero, corrimiento al centro.

Pero sí habrá, lo hemos subrayado aquí, corrimiento a la izquierda.

Es advertencia para quienes pretenden competir con Claudia Sheinbaum, la reposicionada jefa de Gobierno de la Ciudad de México en los afectos de Palacio Nacional.

Ya le armaron el equipo de promoción.

Le mandaron a Martí Batres, quien ya no encontraba acomodo en el Senado de la República por su choque con Ricardo Monreal, jefe del control político.

Le mandaron también a Sebastián Ramírez con la misión específica de hacerla crecer y ponerla por encima de los demás aspirantes al manejo de la república.

En esta tarea están desde hace tiempo dos Scherer, Julio Scherer desde la coordinación jurídica de Palacio y Hugo Scherer en promoción de imagen.

De los presuntos afectados sólo dos merecen repetición en líneas ágata, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, aunque el sermón de la mañana incluya otros nombres.

En el ánimo social no están Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, gobernadores, diputados, senadores y cuantos usted quiera y piense de Morena.

GARANTÍA DE CONTINUIDAD

La decisión gira desde hoy, como ha girado siempre, sobre un eje:

No deshacer lo hecho en el sexenio.

Dijo el tabasqueño en Ayutla:

-No debe haber indefiniciones ni zigzaguear.

También:

“En la política se debe representar a algo y a alguien. Nosotros estamos representando la causa a favor de la justicia y estamos representando al pueblo y debemos anclarnos en eso. Nada de corrimientos al centro”.

Más adelante:

“Ya quedamos que no va a haber reelección. No debemos alentar esa posibilidad, pero como no vamos a buscar la reelección y queremos sentar las bases de la transformación, de avanzar, inclusive consumar la transformación. No hay más que aplicarnos a fondo”.

El mensaje es directo: ya sabemos quién representa “la causa a favor de la justicia” y quien garantiza “nada de corrimientos al centro”.

Bueno es decir lo otro: quien garantiza las negociaciones para atraer capitales y retomar el crecimiento es Marcelo Ebrard.

Pero quien trabajaría la conciliación interna tan necesaria para encarrilar el progreso del país es Ricardo Monreal.

CARLOS TORRES AL MANDO

He aquí un dato mayor:

Carlos Torres tardó casi un mes en asumir el control pleno de los Programas para el Desarrollo de la Presidencia de la República.

Sustituye a Gabriel García Hernández, quien no pudo dar buenos resultados electorales donde más se le pidieron, en la Ciudad de México, su zona conurbada y para la Cámara de Diputados.

Torres, adelantamos aquí el viernes 25 de junio horas antes de ser ascendido en sustitución del hombre de mayor confianza presidencial, era secretario técnico de la Presidencia.

Pero desde antes, para desconsuelo de García Hernández, supervisaba presupuestos, autorizaba partidas, negociaba con gobernadores -los de Morena siempre serán mano- y rendía reportes directos.

Ahora viene la designación de coordinadores estatales y a partir de agosto él será el único responsable de estadísticas, valoraciones sociales y sobre todo proyecciones electorales.

Nos vemos en las seis elecciones estatales de 2022, las dos de 2023 y por supuesto en las federales del 2024, con la Presidencia de la República en juego.

LEG

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