Por: Dania Hinojosa y Luis Fernando Reyes

Las ventajas entre un político “tradicional” y un personaje entrenado en el ámbito público de la farándula, el arte o los negocios de alto nivel transmitidos en reality shows pueden ser: un mayor carisma, talento, fama, dominio del discurso y capacidad de convencimiento… y algunos lo saben.

Personalidades que hicieron trayectoria en programas, series, películas o en el mundo de los medios de comunicación masiva lo han aprovechado.

El fenómeno comenzó en los 60s del siglo pasado con Ronald Reagan en Estados Unidos, actor y luego gobernador y Presidente, recuerda para 24 HORAS el investigador Luis Ángel Hurtado, especialista en Comunicación y Ciencia Política: “Fue el primer presidente de la era moderna, de la posguerra, que llega a un puesto de representación popular por la vía de las urnas sin un origen de vocación política”.

Se trata del primer experimento de este fenómeno, pues en los 70s y 80s, principalmente en Estados Unidos, se desatan las investigaciones relacionadas con el desarrollo de la imagen pública como un elemento más pesado que los argumentos, que el discurso político, que las propuestas, dice el académico.

En una segunda etapa, cuando se desdibujan las ideologías, tras la caída del Muro de Berlín (1989) y la desintegración de la URSS, se cuestiona a nivel internacional si ellas son fundamentales para el desarrollo de las sociedades.

Ahí es donde comienzan los saltos de la popularidad a la política, subraya Hurtado, que es una victoria para las libertades en las democracias liberales… pero con el riesgo, apunta, de que una vez en el poder haya sorpresas.

“Hay fenómenos documentados de retrocesos, de personas que han llegado al cargo y después se descubre que tiene nexos con el crimen organizado o que trafican con el puesto para beneficio personal o de terceros”, comenta el especialista.

DONALD TRUMP Y SU AMBICIÓN

El expresidente de Estados Unidos era toda una celebridad televisiva antes de llegar a la Casa Blanca, esto gracias a la fama que obtuvo en su serie El Aprendiz, la cual contó con más de 20 millones de espectadores semanales. Aquello le dio impulso para dirigirse hacia la política y emprender su campaña en 2016, bajo la polémica promesa de construir un muro fronterizo entre Estados Unidos y México.

Trump predijo de alguna manera su futuro político con su aparición en la comedia De repente Susan, en 1997, pues en una escena se muestra como candidato para la presidencia en la portada de una revista con la pregunta: “¿nuestro próximo presidente?”.

YAIR LAPID, TODA UNA ESTRELLA

El ministro israelí de Relaciones Exteriores tuvo una fructífera carrera como presentador de Channel 2 TV y columnista, pero tal y como su padre lo hizo, decidió abandonar el periodismo para entrar al mundo político. Pareció acertar con la fundación de su partido Yesh Atid (Hay un Futuro) en 2012, pues a pesar de que algunos lo criticaron por utilizar su popularidad en los medios, obtuvo el segundo lugar de preferencia en las elecciones del año consecutivo. Actualmente, en coalición con Naftali Bennett, logró arrebatarle el poder al ex primer ministro Benjamín Netanyahu.

VOLODIMIR ZELENSKI, EL HUMORISTA

La victoria del comediante es uno de esos casos en los que la ficción supera la realidad, pues en una popular serie llamada El servidor del pueblo, mismo nombre que lleva su partido, él interpretó el papel de un profesor de historia que pasó a ser, por accidente, presidente de Ucrania, trama que se repitió el 21 de abril de 2019.

Perfilándose como favorito en algunas encuestas antes de anunciar su candidatura, y con más del 70% de los votos, el nuevo mandatario se comprometió a frenar la corrupción, el nepotismo, la pobreza y la pérdida de Crimea.

El actor no contaba con una trayectoria política, no emitió discursos ni realizó mítines oficiales, pero tuvo una manera de hacer campaña con divertidos videos en sus redes sociales, por ejemplo.

NIKOL PASHINIÁN, POR LA PAZ

A pesar de no haber sido una estrella de la televisión o el cine, el primer ministro que en 2018 triunfó en las elecciones parlamentarias con 53% de votos en Armenia, no pasa desapercibido frente a las cámaras y reflectores, al igual que su destacada trayectoria en el periodismo.

Antes de dirigirse a la política fue editor del diario Haygagán Zhamanag, mismo del que es fundador, y apoyó fuertemente las manifestaciones pacíficas de 2008, llegando a ser acusado en el Congreso Nacional Armenio por desorden público entre 2009 y 2011, pero en 2012 logró participar en los comicios y ser miembro de la Asamblea Nacional de Armenia.

JIMMY MORALES, BAJÓ EL TELÓN

Expresidente guatemalteco (2016-2020), era también actor, escritor, productor y director. Era conocido por su hermano, Sammy Morales, y se mantuvo al aire con su programa Moralejas por más de quince años. En el cine también hizo carrera, produjo, dirigió y actuó en varias películas.

“Al escenario del Teatro Nacional de Guatemala suelen subir músicos y actores, pero el 14 de enero de 2016 había casi 200 políticos de pie, con el cuerpo hacia el público y la mano derecha sobre el corazón. El único actor profesional sobre el escenario era también el nuevo presidente de Guatemala”, reseñó en su momento el periodista María Teresa Hernández para el New York Times.

FRASE

“A estos espacios pueden llegar personas que desconocen el sistema político, por ejemplo, pero también con nexos con el crimen organizado, o sea, cualquier persona, eso hay que cuidar”

Luis Ángel Hurtado
Investigador de la UNAM

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