Los efectos del cambio climático tienen en el lago Mead, un afluente que sirve a 25 millones de personas y riega millones de hectáreas de cultivo en California, Arizona y Nevada, al oeste de Estados Unidos, un ejemplo de impacto, pues el cuerpo de agua se encuentra en los niveles más bajos de sus 85 años de historia, al límite de que se declare una alerta por escasez de líquido y de energía hidroeléctrica.

Los efectos del calor hacen estragos en este polo de la Unión Americana y en ciertas regiones del suroeste canadiense. Solo en EU, las condiciones afectan a más de 143 millones de personas.

El lago Mead es el embalse más grande del país, ubicado en la frontera entre Nevada, Arizona y California, y fue creado en la década de 1930, con la construcción de la presa Hoover. Hizo historia cuando se diseñó, hace 85 años, capturando billones de galones de agua del río y dando paso al crecimiento de un “moderno oeste”. Hoy hace historia porque su nivel es inédito, al 36% de su capacidad, por debajo incluso del récord de 2016.

“La presa Hoover tiene la altura de un edificio de 60 pisos y un grosor de 13 metros en la parte superior y 200 metros en la parte inferior. Su construcción, en medio de la Gran Depresión, fue motivo de tal orgullo nacional que miles de personas viajaron a través del desierto hostil para presenciar la llegada de lo que se ha convertido en un monumento perdurable al esfuerzo colectivo por el bien público”, refirió el periodista Oliver Milman para The Guardian.

Si bien desde el año 2000 se ha reportado una reducción del caudal, incluso en 20% respecto al promedio del siglo pasado, este ha sido el segundo año más seco registrado, y coincidió con otros récords de temperaturas e incendios en esta temporada.

La reducción en el afluente ocasionará rebajas en el suministro de agua a siete estados de EU e incluso a México, pues se conecta con el Río Colorado. Además que la cantidad de energía hidroeléctrica generada por la presa cayó en hasta 25%, algo que podría derivar en obligar al traslado de personas por la falta de servicios.

Mientras, incendios queman el equivalente a cuatro veces la superficie de la ciudad de Nueva York.

Infografía: Xavier Rodríguez

Incendios no ceden en California y Canadá

Cientos de miles de hectáreas del oeste de Estados Unidos y Canadá siguen reduciéndose a cenizas y no se avizora ni el apaciguamiento ni el fin de los imparables incendios avivados por una severa sequía.

Áreas enteras de California fueron puestas el miércoles en alerta roja de fuego ante la progresión de múltiples incendios. Las llamas del foco River Fire aún no se habían contenido cerca del mundialmente famoso Parque Nacional de Yosemite y los bomberos estaban preocupados por el avance del Dixie Fire, más al norte.

Si 2020 fue el peor año de la historia moderna de California en materia de incendios, es posible que 2021 pueda batir ese récord.
LEG