Ahora que la generación Z fue convocada a inscribirse para recibir las vacunas anti Covid-19 se toparon con una pregunta para la que, muchos de ellos, no estaban preparados: dar cuenta si estaban en estado de postración.

Ciudadanos del mundo digital como lo son, corrieron a Google para buscar el significado y se encontraron con dos acepciones a la palabra buscada. La primera, la que se ajustaba al tema de la vacunación, hacía referencia a un estado de abatimiento por causa de una enfermedad.

La página de registro para las vacunas básicamente quiere saber si alguno de los candidatos a recibir la inoculación no tiene posibilidades de desplazarse a los centros de vacunación.

Pero estos jóvenes se encontraron también con esa otra definición de la palabra postración y se enteraron de que también hace referencia a ponerse de rodillas en señal de respeto, súplica, sumisión o humillación.

Y más vale que los más jóvenes también entiendan este otro significado, porque claramente hay intenciones de postrar a los demás ante un dictado único desde el poder.

El mejor ejemplo de la postración ante el poder presidencial lo han dado los legisladores, que con esa mayoría sumisa a los designios del presidente Andrés Manuel López Obrador, se han convertido en una oficina de trámites del poder Ejecutivo.

Y hay que poner atención que no solo los diputados y senadores de aquellos partidos coaligados con el instituto político del Presidente, el postrado partido Morena, sino también hemos visto repetidos gestos de postración de otros partidos políticos de oposición. Esto merece atención durante la siguiente legislatura.

La 4T está en este camino de postrar al poder judicial. Si la Suprema Corte de Justicia de la Nación acaba por avalar la llamada ley Zaldívar, que extiende de manera anticonstitucional el plazo en el poder del ministro presidente Arturo Zaldívar, no habría otra forma de leer el acto más que como una caravana en actitud de postración ante el Presidente.

Este ejercicio reciente de la Presidencia, uno de los más antidemocráticos que ha emprendido la 4T, de tachar a los medios y a los periodistas que no los adulen, con su “Quién es Quién en las mentiras” es ese intento de postrar a reporteros y dueños de medios de comunicación ante “la verdad” oficial de la 4T.

Y como la postración también es un acto de humillación, ahí están las personas que no tienen acceso a los medicamentos, a los servicios básicos de salud, a los refugios contra la violencia de género. Ahí están los que viven de rodillas, postrados, ante el crimen organizado y la única respuesta que encuentran en su máxima autoridad es el refrendo de la política de abrazos a los criminales.

Ya que los más jóvenes que aspiran a recibir una vacuna pronto se fueron a consultar a qué se refería esa extraña pregunta del estado de postración, vale la pena que también tengan mucha conciencia de ese otro significado, porque este es el país que les va a tocar vivir a ellos por muchos años y seguro querrán todo menos vivir postrados ante ningún poder.

 

@campossuarez