Cuál sería la situación de México si el presidente Andrés Manuel López Obrador destinara el mismo tiempo, esfuerzo y atención a gobernar, y no a denostar a adversarios y defender su denominada Cuarta Transformación.

La semana pasada, el mandatario inauguró en su show mañanero una sección más: el “quién es quién en las mentiras”. Nada nuevo en su ya reiterado discurso para criticar y descalificar a quienes no piensan como él.

Dio nombres y mencionó publicaciones de periodistas que, asegura, mienten en su información y que obviamente dejan al descubierto las carencias de su Gobierno. Bien dicen que la verdad no duele, pero incomoda.

Y si no bastara con su nueva sección, el Presidente realizó otro más de sus denominados informes trimestrales de resultados, en esta ocasión con motivo del tercer año de su triunfo electoral.

Sin embargo, su discurso lejos estuvo de presentar avances y, para no perder la costumbre, el mandatario presumió sus otros datos, aquellos que manipula y están lejanos a la realidad.

De entrada dijo que de abril a junio han bajado considerablemente los contagios por Covid-19, pero omitió decir que llevamos al menos cuatro semanas con un incremento en el número de casos y que en los últimos días estos se aceleraron.

Aseguró que México no está entre los primeros lugares de mortalidad por el coronavirus SARS-CoV-2, sin embargo la medición que hace la Universidad Johns Hopkins ubica a nuestro país en el cuarto lugar -de 192- con mayor número de personas fallecidas a causa de esta enfermedad, sólo por debajo de India.

En materia de seguridad, el Presidente aseguró que hay avances y sí los hay, pero olvidó decir que lo que está incrementando es la violencia del crimen organizado y no su combate.

De acuerdo con datos oficiales, el número de homicidios dolosos en el Gobierno de López Obrador, hasta el momento, es de poco más de 88 mil contra 43 mil 900 reportados en el mismo período del Gobierno de Enrique Peña Nieto, y más del doble de los 31 mil 900 reportados en el sexenio de Felipe Calderón.

Es decir, el jefe del Ejecutivo sigue manipulando los datos y dando informes de resultados a medias o en algunos casos sin avances. Es más, de acuerdo con un estudio de SPIN, en 947 días de Gobierno, López Obrador ha dicho más de 56 mil mentiras.

El mandatario presume que más de 30 millones de mexicanos votaron por él, pero se le olvida que debe gobernar un país con más de 126 millones de personas, así es que, lejos de la demagogia y el autoelogio que proclama todos los días desde su conferencia, los mexicanos ya no queremos ver al líder político resentido, queremos a un Presidente gobernando.

Y en Pregunta Sin Ofensa:

Al grito de “¡Presidenta!” recibieron los morenistas que acudieron al tercer aniversario de su partido a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. ¿Será que olvidaron invitar a los afines de Marcelo Ebrard?

 

  @aguilarkarina