No es que se quiera magnificar la violencia en México cuando se registra o se difunde el número de muertos o desaparecidos relacionados con acciones del crimen organizado, al contrario, el país vive una emergencia que debería ser prioridad, pero el discurso gubernamental se ocupa más de la grilla.

…o acaso es una estrategia minimizar las noticias sobre masacres, las desapariciones de automovilistas o la aparición de fosas clandestinas, o ya nos acostumbramos tanto a estos temas que no nos causan la menor incomodidad.

Hasta el papa Francisco dedicó unas palabras en una carta que envió desde Roma para expresar su sentido pésame a las familias de quienes murieron a causa de la “injustificable violencia” en Reynosa…

Pero además de ese acto de violencia que motivó que Francisco enviará unas palabras a las familias mexicanas afectadas, en las últimas semanas también hemos conocido noticias sobre las desapariciones en la carretera Monterrey-Nuevo Laredo y los asesinatos en Zacatecas y Michoacán, entre otras.

En lo que respecta a la Iglesia católica, el semanario Desde la Fe se encargó de completar esa preocupación en el editorial en donde enumeró dos casos en los que la violencia la alcanzó: el de Juan Antonio Orozco, un misionero franciscano que murió en un fuego cruzado en Durango y la interrupción de la misa en la parroquia de San Juan Bautista, en Iguala, Guerrero, debido a una balacera.

Este mes hemos sido testigos de múltiples hechos de violencia en el país, dos de ellos ligados incluso a la vida religiosa”, se lee en el texto.

Más allá de las fronteras mexicanas, todos parecen conocer la situación de emergencia que se vive en el país por la violencia. Hace casi dos semanas Estados Unidos marcó a 16 estados con la alerta “K” por riesgo de secuestro y la vicepresidente de ese país, Kamala Harris expresó su preocupación por los 82 mil desaparecidos a lo largo del territorio nacional… Por esas fechas tuvimos la visita del director de la CIA y del secretario de Seguridad de EU, de lo cual poco se informó.

Aún así, desde Palacio Nacional sale un mensaje que va en sentido contrario de lo que significan las masacres: “El país está en paz”.

Pero algo sucede. La preocupación por la violencia parece quedar relegada en espacios de discusión. Solo hay que recorrer las redes sociales para ver que lo que domina es la descalificación al opositor y la división hasta por un saludo. Incluso hay individuos que se dicen ser periodistas y la constante en sus mensajes es el insulto, los apodos, las amenazas y las mentiras que se usan como pretexto para azuzar a sus simpatizantes en contra de un contendiente.

#LoboSapiens

La salida de Gabriel García Hernández de la Coordinación General de Programas para el Desarrollo pone en apuros a uno que otro candidato perdedor en las pasadas elecciones, pues ya se veían en alguna Dirección General o secretaría capitalina. Han pasado 20 días y los reacomodos siguen; en el Senado hay suplentes que tendrán que buscar otro trabajo ante el regreso de los titulares de los escaños que se fueron a probar suerte con una candidatura.

@chimalhuacano