El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es experto en hacer y vivir de las campañas, con veinte años de su vida haciendo proselitismo, ha sido difícil separar su condición de gobernante y de líder partidista.

Ni bien terminó el proceso electoral de este año y el primer mandatario del país dio el banderazo de salida a la carrera por su sucesión y, sin dejar de lado el autoritarismo que lo caracteriza, será él quien protagonice el proceso para garantizar su denominada Cuarta Transformación.

Los recientes cambios en su gabinete, no se deben a un interés por hacer más eficaz su Gobierno, sino a castigos por los resultados del pasado 6 de junio y estrategias electorales de cara al 2024.

La destitución de la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval era necesaria desde el inicio de la administración; pero su salida no fue por la falta de resultados en el combate a la corrupción o por su inexplicable fortuna, sino por una venganza luego de su comportamiento en contra de los candidatos de Morena en la pasada elección, particularmente en Guerrero.

En tanto, la renuncia del hombre de toda la confianza y que ha acompañado al Presidente por más de 20 años, Gabriel García Hernández al cargo de Coordinador General para Programas del Desarrollo, es otro de los movimientos que genera suspicacia.

Gabriel García regresará a su escaño en el Senado de la República, territorio de Ricardo Monreal, quien hasta hace unas semanas era uno de los hombres más cercanos a López Obrador.

El liderazgo de Ricardo Monreal, un político de la vieja guardia, con toda la experiencia como operador, un interlocutor que ha logrado negociar con la oposición en el Senado, no está en duda; sin embargo, la llegada de Gabriel García a su feudo deja en claro que desde Palacio Nacional le harán un marcaje personal.

Extraño movimiento del primer mandatario, toda vez que, su ex coordinador de programas sociales podría generar mayor fractura al interior de la bancada de Morena, donde comenzarán a moverse los hilos para apoyar a Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, rumbo a la Presidencia.

Se ve difícil, aunque no imposible que Gabriel García le quite la presidencia de la Junta de Coordinación Política al zacatecano, y es que a pesar de que haya caído de la gracia del Presidente, es uno de los pocos integrantes de su partido que tiene el respeto de las otras fuerzas políticas.

Lo que queda claro es que, lejos de gobernar y preocuparse por el incontenible clima de violencia en el país, a López Obrador lo único que le interesa es seguir haciendo campaña.

Y en Pregunta Sin Ofensa:

Luego del peritaje sobre la tragedia de la Línea 12 del Metro, el presidente López Obrador le quitó presión a su protegida, Claudia Sheinbaum y decidió que él será el único vocero del tema. Para empezar, ya logró que Carlos Slim dueño de la constructora que hizo la obra, se haga cargo de la reparación; y de los muertos, ¿quién se hará responsable?

 

@aguilarkarina