Foto: Freepik Los comercios informales optan por absorber el incremento de precios, afectando así sus ganancias por bajas ventas  

El alza de precios en productos y servicios no se detiene, afectando a todos, incluyendo a aquellos de la clase media que han sido señalados por el Presidente como aspiracionistas. Y es que la inflación general anual llegó en la primera quincena de junio a 6.02%, su mayor nivel desde abril pasado, lo que deja claro que los estragos de la crisis aún están presentes y afectan donde los habitantes más lo resienten, en sus bolsillos.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en los primeros 15 días de junio, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), que se toma en cuenta para medir la inflación, mostró un crecimiento quincenal de 0.34%.

Los productos que más se encarecieron en el periodo de referencia fueron: el jitomate (+13.89%), la naranja (+9.95%), el transporte aéreo (+7.67), los servicios turísticos en paquete (3.33%) y el gas LP (1.62%).

En contraste, los que más redujeron su precio resultaron ser: el chile serrano (-17.49%), el pepino (-14.83%), la uva (-1.82%), el limón (-8.40%) y el tomate verde (-7.74%).

El impacto de una mayor inflación fue resentido tanto por los negocios formales como los informales.

En el caso de los comercios establecidos como restaurantes, los locatarios reportaron que el alza de precios los llevó a subir sus precios entre 2 y 5 pesos, y en algunos casos, para los que involucra carne de cerdo, hasta 10 pesos.

En tanto, en el caso de los “changarros” o puestos de comida que forman parte de la economía informal, esos que están a las afueras de alguna estación del Metro o sobre alguna avenida, decidieron absorber el impacto de la inflación al decidir no elevar sus precios, aunque esto significó menores ganancias.

Según el Inegi, las loncherías, fondas, torterías y taquerías tuvieron un incremento de precio quincenal de 0.61%, y los restaurantes y similares un aumento de 0.46%.

Para Doña María y Doña Inés, que tienen su puestecito de tlacoyos a las afueras de un Centro de Salud en Iztacalco, la inflación les ha provocado que tengan días de ventas sin ganancias, ya que solo obtienen lo que invirtieron para ese día.

En tanto que Aleida Rosas, que tiene un puesto de tacos a unas calles del Metro Santa Anita, dijo a este medio que desde que inició la pandemia ya no gana lo mismo, porque ya pasa menos gente rumbo al Metro y porque ya todo sale más caro y la gente no tiene dinero para “darse sus gustos”.

Banxico interviene

Ante la sorpresiva alza de precios, que derivó en un aumento de la inflación, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió ajustar al alza su Tasa de Interés Interbancaria de 4.0% a 4.25% como consecuencia de las presiones inflacionarias, siendo el primer incremento para la tasa de referencia desde diciembre de 2018, previo a la pandemia del Covid-19.

El anuncio sobre la decisión de Política Monetaria del banco central señaló que si bien, estas presiones inflacionarias son de carácter transitorio, por su diversidad y magnitud, se prevé que duren más tiempo, lo que podría implicar un riesgo para el proceso de formación de precios.

En sus palabras

“A principios de año comprábamos el kilo de cerdo en 90 pesos y ahorita sale en 120 o 125 pesos, mientras que el cuarto de masa para los tlacoyos lo comprábamos en 15 pesos y ahorita cuesta 18”
Doña María y Doña Inés, vendedoras de tlacoyos

“Lo feo está en lo que cuesta la carne. Cada día le invierto más, por eso prefiero ponerle menos carne, aunque me miren feo, pero si le pongo más ya no gano nada y hasta le salgo perdiendo”
Aleida Rosas, vendedora de tacos

“Aquí vendemos jugo de naranja y ha subido últimamente mucho, ya hasta lo hemos comprado en casi 30 pesos. Sí subimos los precios y sí se nos fueron clientes, pero la verdad no teníamos de otra”
Familia Rojas, restaurante Las Cazuelas
LEG