Foto: Juan de Ávila Caneros surge del taller de teatro que realizó Gómez Polo en el interior del penal  

¿Puede el teatro ayudar a los presos a perdonarse? Es uno de los planteamientos de la obra Caneros, de Ramón Gómez Polo, que hace un drama del teatro penitenciario, teatro sobre el teatro, a partir de las experiencias del autor y director como tallerista en las Islas Marías y en un penal de Mazatlán, Sinaloa.

Caneros tendrá una brevísima temporada en la sala Héctor Mendoza de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), del jueves 24 al domingo 27 de junio, con todas las restricciones sanitarias y de cupo de la pandemia, aunque el director de la institución estatal, Enrique Singer, anticipó que entrará al repertorio para que pueda representarse en otras ocasiones, no solo en la capital, sino en los estados.

Basada en situaciones relatadas por un grupo de internos del Centro de Ejecución de las Consecuencias
Jurídicas del Delito (Cecjude) de Mazatlán, Sinaloa, Caneros surge del taller de teatro que realizó Gómez Polo en el interior del penal. Su primera representación, de hecho, fue por parte de presos ahí.

A partir de la colaboración entre el Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, la agrupación Iguana Roja y la CNT, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través
del programa En compañía de la Compañía —que busca impulsar la dramaturgia nacional mediante coproducciones con grupos teatrales independientes—, la obra se presenta el jueves y viernes a las 20:00 horas, sábado a las 18:00 y 20:00 horas, y domingo a las 17:00 y 19:00, en la sala de Coyoacán, en Francisco Sosa 159, casi esquina con Pino.

La puesta en escena, suerte de reflexión sobre el teatro mismo, presenta la historia de una compañía de teatro penitenciario, ambientada en la conversación de cinco de sus integrantes después de una función, una historia inédita dentro del mismo subgénero que ha ido ganando espacios y calidad en México.

Dos actores con gran experiencia en la escena mexicana, Luis Rábago y José Carlos Rodtíguez, comparten tablas con tres jóvenes actores, dos de ellos del taller mazatleco de Gómez Polo.

En la conferencia de prensa posterior a la primera función, Rábago destacó lo inédito de la obra, al presentar por primera vez una pieza sobre teatro penitenciario que aborda el tema del teatro penitenciario. Pero, sobre todo, visiblemente emocionado y ante Singer, comentó que es la puesta en escena que más ha disfrutado con la CNT y puso de ejemplo uno de los parlamentos que un plantea un protagonista, Daniel (Rodríguez), condenado a 140 años de prisión por sus crímenes:

“El teatro en la prisión me ha ayudado a perdonarme a mí mismo”, dice Daniel, según Gómez Polo un personaje real, como todos los de su drama, no exento de humor.

Gómez Polo explicó que “caneros” viene de la gente que se acostumbra a vivir en prisión y remontó los orígenes de la palabra a la prisión de Cananea.

Con Rábago y Rodríguez actúan en esta obra prodigiosa en muchos sentidos José Manzanilla, de Iguana Roja, Alejandro Careaga y Josar,

Ángel Moreno trabaja en el diseño y realización de escenografía, y Roberto Flores en la iluminación. El
vestuario está a cargo del taller del Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, y el traspunte, de Perla Saucedo.

klcg