Comer bien y estar saludables son temas que tras la pandemia han cobrado mayor relevancia, opciones para hacerlo hay muchas, pero una que poco se voltea a ver, pese a sus grandes beneficios nutricionales son los insectos comestibles, alimento del pasado que por su alto valor nutricional es considerada por expertos la comida del futuro.

El consumo de insectos es una costumbre que viene desde hace mucho tiempo, está documentado que formaban parte de la alimentación de los aztecas, olmecas y mayas; eran parte de su dieta diaria junto con el maíz, y en el sentido nutricional y de salud, pueden ser un sustituto excelente porque aportan todos los nutrientes que necesitamos para sobrevivir bien, señaló la bióloga y académica de la UNAM, Gabriela Jiménez Casas.

“Te puedo decir que si te comes dos tacos de chapulines ya cubriste tu requerimiento de proteína de todo el día y el plus es que no tienen grasa”, agregó.

Los chapulines son de los insectos de mayor consumo, sin embargo, la oferta es basta. México es el país con el mayor número de insectos que pueden ser incorporados a la dieta; hasta la fecha se han documentado más de 500 especies descritas como comestibles que incluyen hormigas, abejas, larvas de mariposa, chapulines, chinches de agua y hasta cucarachas.

Oaxaca, Hidalgo, Estado de México, Ciudad de México y Morelos entre los estados donde más se consumen los chapulines, insectos que cabe destacar, aportan el 60% de proteína en comparación con otras carnes.

Las hormigas no se quedan atrás en el ranking de preferencia, se consumen como huevecillos, ninfas o ya como adultas; entre las más conocidas están las escamoleras, mieleras y chicatanas, aunque su consumo no está tan extendido y generalmente se ve con mayor frecuencia entre poblaciones rurales donde los recolectores ya saben cuándo y cómo conseguirlos y generalmente los dejan para consumo propio.

Guerrero Tabasco, Chiapas y Oaxaca son de los estados que por excelencia consumen este tipo de insectos, los incluyen de manera cotidiana en su dieta diaria.

El gusano blanco del maguey y el chinicuil o gusano rojo son las larvas de las mariposas y polillas, respectivamente, ambos han sido parte de nuestra alimentación desde tiempos antiguos, se comen ya sea crudos, cocidos o asados.
Y aunque desde siempre han formado parte de la gastronomía de los pueblos mexicanos, actualmente los insectos y gusanos han entrado a restaurantes de alta cocina donde los preparan como un platillo exótico con precios muy altos, aunque también puedes encontrarlos a precios mucho más accesibles si te das una vuelta por el mercado en la temporada de cada insecto.

De acuerdo con la especialista, quien también es técnica académica en el Instituto de Ecología de la UNAM, los insectos son excelentes en cuestión nutricional, por lo que se debe promover su consumo; no tienen grasa, son 100% proteínicos, por ejemplo, 100gr. de cualquier otro tipo de carne (res, cerdo, pescado, pollo) ofrecen un rango entre 35-48% de proteína libre, mientras que los insectos te dan el 75%”.

Además de que tienen todos los aminoácidos necesarios para la vida diaria, mismos que obtenemos comiendo fruta, verdura, carnes y granos, y por su puesto algo muy importante es la cantidad de fibra que aportan que es casi 90%.
Regiones con climas muy calientes mucha vegetación y humedad es donde más abundan los insectos, aunque también pueden encontrarse en el norte del país, pero en mucho menor número y pues obviamente éstos se distribuyen en casa, es decir no salen al mercado.

Oaxaca, Chiapas Puebla y Veracruz son entidades que mantienen muy arraigada la tradición del consumo de insectos.

La académica y especialista en insectos comestibles, resalta la importancia de volver a retomar esta alimentación que mantenía tan saludable a los antiguos mexicanos, “hay que atreverse a probarlos y sobre todo, explicar a los niños todo el valor nutricional que tienen, hacer que los niños no les tengan miedo y los coman” refirió Jiménez Casas.

Hay muchas formas de prepararlos si es que su aspecto no es tan agradable, pueden molerse y echarse en una salsa, prepararlos empanizados, en tortitas con romeritos y hasta hacer chocolates con algunos de ellos. A este tipo de alimentación basada en insectos se le llama “entomofagia”.

Insectos comestibles en México

Más de 500 especies han sido identificadas para consumo en el centro, sur y sureste del país.

Los que más se consumen
Chapulines
Se consumen en: Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Morelos, Puebla, Guerrero, Chiapas, Michoacán, Cd. de México.
Valor nutrimental: 75% proteínas/ 2.3%sales/ 11% fibra

Escamoles (hueva de hormiga)
Se consumen en: Hidalgo, México, CDMX, Tlaxcala, Nuevo León y Michoacán
Valor nutrimental: 38% proteínas/ 3% sales/ 9.3% fibra

Cucarachón o chinche de agua
Se consumen en: Morelos, Edomex, Hidalgo, Veracruz, Guerrero, Puebla, Chiapas, San Luis Potosí, Jalisco, Oaxaca y Querétaro.
Valor Nutrimental: 70% proteínas

Hormiga mielita
Se consume en: Zona de Oaxaca y Tlaxcala
Valor nutrimental: 81% proteínas

Hormiga chicatana
Se consume en: Tabasco, Chiapas Guerrero y Oaxaca
Se le encuentra durante las lluvias de mayo y junio
Valor nutrimental: 81% proteínas

Grandes consumidores en el mundo
Sudamérica
Australia
Indonesia
México (no es el mayor consumidor, pero sí es de los más importantes)

LEG