La herencia de gusto y talento en el ámbito deportivo puede darse a menudo, pues muchos padres han encaminado a sus hijos a seguir sus pasos en su disciplina, aunque son muy pocos los casos que esas dos o hasta tres generaciones lograron destacar y ser los mejores.

Uno de los casos más emblemáticos para el deporte nacional es el de los Hernández Balcazar, pues desde Tomás Balcazar, quien fuera parte del campeonísimo Guadalajara, inició la tradición. Posteriormente Javier Hernández, hierro de Don Tomás y en los años recientes Javier “Chicharito” Hernández, han llevado una herencia familiar a las páginas doradas del futbol nacional.

Otro de los casos que más se recuerdan en este momento es el de los Giménez. Christian, exjugador que llegó a México desde Argentina por la vía del Veracruz, tuvo una carrera prolífica en México que le permitió incluso representar a la Selección Nacional. Ahora su hijo, Santiago Giménez, ya es un jugador profesional y fue parte del título 9 del Cruz Azul, el que tanto se había negado.

En el plano internacional, se encuentras los casos de Johan y Jordi Cruyff, Paolo y Cesare Maldini, Pablo y Gonzalo Higuaín y muy recientemente Zinedine y Enzo Zidane, así como Diego y Giovanni Simeone.

En el futbol americano hay un caso peculiar que tuvo vigencia hasta hace muy poco: los Manning. Archie Manning, papá de Peyton y Eli, fue parte de los Saints en la década de los 70 y concluyó su andar por la NFL a mediados de los 80 tras jugar con Oilers y Vikings.

Tanto Peyton como Eli, siguieron sus pasos, ambos como quarterbacks, y lograron ganar dos Super Bowls cada uno, por lo que Archie vivió a través de ellos la alegría que no pudo vivir como jugador.

En el beisbol de las Grandes Ligas, el más claro ejemplo es el de los Griffey. Ken Griffey fue parte de la Big Red Machine, equipo que contó con Pete Rose, Joe Morgan, Jonnhy Bench y un grupo de jugadores que dominaron el beisbol en los 70.

Para 1990, su penúltima temporada en la MLB, coincidió con su hijo en los Seattle Mariners. Con el arribo a la MLB de Ken Griffey Jr., se registró el primer caso en la historia del beisbol en el que jugaban padre e hijo en el mismo equipo. A su retiro en 1991, el mayor de los Griffey dejó en su hijo el legado que preservo por casi dos décadas más, convirtiéndose en uno de los más grandes jonroneros de la historia.

En el deporte motor, los Rosberg marcan de igual manera un hito sin parangón, al ser los únicos padre e hijo campeones de la Fórmula 1. Keke, quien compitió en los 70 y 80 en el Gran Circo, fue campeón en 1982 con el equipo Williams, mientras que Nico, su vástago, se adjudicó el título en 2016 con Mercedes, escudería que g¡hasta la fecha sigue dominando.

NÚMEROS
882 home runs conectaron en conjunto los Griffey: el padre se voló la cerca 152 veces, mientras que el Jr. lo hizo 630

28 triunfos tuvieron en conjunto los Rosberg; Keke estuvo cinco veces en la parte más alta del podio, Nico en 23 ocasiones

LEG