Luego de que se aprobó el uso del bitcoin en El Salvador para comprar productos y servicios, su población se encuentra dividida entre los que ven a la criptomoneda incluso como una oportunidad para obtener ganancias y los que temen perder su dinero ante su elevada volatilidad.

El Salvador es un país con una economía dolarizada hace 20 años, en donde la pandemia “obligó” a contemplar otras opciones como las criptomonedas para facilitar las transacciones comerciales.

De acuerdo con las autoridades de ese país, la aceptación del bitcoin como una moneda legal, podría contribuir a la bancarización de la población y evitará perder “millones de dólares” en intermediación en el envío de remesas de salvadoreños desde el exterior.

A pesar de las ventajas que sus autoridades destacan, los habitantes dudan en usar la criptodivisa.

Por ejemplo, Santos Serrano de 59 años, un albañil quien transita por una plaza en pleno corazón de San Salvador, aseguró que “para la gente pobre va a ser malo (el uso del bitcoin)”, pues la mayoría no tiene un teléfono móvil o no lo usa para “andar pagando”.

En ello coincidió María Rivera, de 57 años, vendedora ambulante de ropa: “Cómo me van a comprar si yo no lo puedo usar. Dicen que (con) pisto (dinero) ya no va a andar uno (en la mano)”, reclama.

En tanto, la adopción del bitcoin en El Salvador ha provocado que el valor de esta moneda crezca a nivel mundial, por ejemplo en México, el día de ayer (domingo), la divisa pasó de 35 mil 558 dólares -en su apertura- a 39 mil 336 dólares, en unas cuantas horas.

CON INFORMACIÓN DE AFP

 

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