Fue el colmo de lo mal hecho. La estadía de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, en nuestro país fue motivo de vergüenza para millones de mexicanos que no concebimos un México tan básico, tan lleno de errores, tan mediocre políticamente hablando.

De entrada este Gobierno no fue ni siquiera capaz de colocar de manera correcta la bandera estadounidense, ésta apareció por Palacio Nacional al revés. Ahora imaginemos todo lo que no habrán dicho, inventado u ocultado, durante los encuentros que se realizaron a puerta cerrada.

Fue una visita exprés con una agenda limitada, misma que la 4T se encargó de sesgar aún más.

La vicepresidenta tenía el objetivo de escuchar cómo funcionan los procesos que garantizan el cumplimiento del T-MEC, entre otros temas; sin embargo, de ello no hubo nada, ya que el Gobierno mexicano fue el encargado de palomear la lista de invitados al encuentro previsto con líderes sindicales, en los que incluyó, penosamente, a Arturo Alcalde, papá de la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, en calidad de asesor laboral, y de quien se dice maneja ese despacho desde el inicio de esta administración.

México contaba para dicho encuentro con seis sillas destinadas a representantes sindicales y el Gobierno mexicano decidió de manera autoritaria dejar fuera a todos aquellos que hemos levantado la voz, señalando las injusticias y las violaciones cometidas por la 4T contra la libertad sindical y sentó a quienes creyó guardarían lealtad y callarían frente a tan importante visita, entre las que no podía faltar una representante de Napoleón Gómez Urrutia.

Esa reunión fue por parte de México un teatrito clásico de la 4T. Una vez más esta mañosa administración dejó ir una gran oportunidad de mejorar y ser más democrática, pero no, prefirieron sentar a la vicepresidenta con quienes no representan a la clase obrera de nuestro país.

Vicepresidenta Harris sepa que la engañaron, que en este México se registra la imposición de líderes sindicales, la violación a los procesos democráticos y la intromisión en la libertad sindical por parte de este Gobierno, que somos varios los sindicatos que hemos interpuesto denuncias contra estos abusos.

También que la 4T cuenta entre sus filas con supuestos líderes obreros, entre ellos con Napoleón Gómez Urrutia, encargado de apropiarse de los contratos colectivos de trabajo mediante la toma violenta de las empresas y estallamiento de huelgas, para que así, el Gobierno tenga el dominio y control de la clase trabajadora.

Que en procesos de recuento, la autoridad laboral ha permitido la presencia e intimidación de la delincuencia organizada con tal de que los grupos afines al Gobierno ganen y controlen los contratos colectivos.

Vicepresidenta Kamala Harris, en mi carácter de diputado federal y líder sindical quiero decirle que la fuerza obrera es mucho más de lo que le permitieron ver. Aún subsistimos los sindicalistas que nuestra prioridad son los trabajadores y no el ser serviles al Gobierno para obtener protección o beneficios económicos. Que los obreros de México seguiremos luchando para que nuestros derechos sean respetados y nuestras voces no sean calladas desde la cima del poder.


@CarlosPavonC