El estado de Michoacán ha llamado la atención de la Universidad Nacional Autónoma de México ante la presencia de un enjambre sísmico que señalan, puede ser precursor del nacimiento de un nuevo volcán.

De acuerdo a los académicos, en la entidad se ha registrado un enjambre sísmico, es decir, un conjunto de temblores pequeños, algunos imperceptibles para el ser humano que podrían estar anticipando un nuevo fenómeno.

Tan solo entre el 1 de mayo y el 8 de junio de este año sucedieron 242 microsismos en la región de Uruapan y el corredor volcánico Michoacán-Guanajuato, seis de ellos con magnitudes mayores a cuatro.

Carlos Valdés González, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) y actual director del Centro de Estudios Mexicanos (CEM) UNAM-Costa Rica, consideró fundamental vigilar y monitorear estos enjambres sísmicos, toda vez que son uno de los precursores del nacimiento de un nuevo volcán y pueden representar riesgos para la población local si se presentan acompañados de otros factores.

No obstante, aclaró que para que ocurra una erupción volcánica o el surgimiento de un coloso, se requiere actividad sísmica, deformación del terreno, emisión de gases, manifestaciones hidrotérmicas y alteraciones visibles.

“La principal pregunta que nos surge es la posible actividad volcánica, porque México es un país volcánicamente activo, especialmente en esa región, donde hay más de mil 200 volcanes pequeños en el llamado campo de volcanes de Michoacán-Guanajuato”, señaló el experto, quien recordó que en esa zona surgió en 1943 el coloso Paricutín, al cual antecedió una serie de sismos.

Luis Antonio Domínguez Ramírez, profesor de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Morelia, recomendó que los habitantes cercanos a la zona de movimientos sísmicos estén atentos de emanaciones de gases que también acompañan al surgimiento de actividad volcánica.

“La emisión de gases es hasta cierto punto fácil de detectar por el olor a azufre, así como las manifestaciones hidrotermales y afectaciones a la vegetación, que se secan cuando recibe temperaturas mayores a las acostumbradas desde el suelo, además de que contamos con el apoyo del Servicio Sismológico Nacional para los movimientos sísmicos”, argumentó.

Los académicos consideraron que aunque no hay información concluyente al respecto, es recomendable seguir una estricta vigilancia científica en la zona, estar pendientes de los mapas de riesgo y las recomendaciones de las autoridades de Protección Civil.

LEG