Pasó el día de las elecciones con una participación importante no vista quizá desde 1997 superior al 50% para elecciones intermedias, y tanto México como la sociedad, vamos regresando a la calma en espera de conocer los datos oficiales del INE.


El resultado preliminar en el Congreso federal de que el Gobierno actual no alcance la mayoría calificada fue bien tomado por los mercados. El mercado accionario por un lado, registró un alza del 1.87% ubicándose en su mejor nivel desde agosto de 2017 sobre 51,427 puntos, evaluando si en 52,000 puntos hará una pausa para consolidar ganancias o seguir hasta los 55,500 puntos estimados.


El peso mexicano se apreció 0.64% al concluir en $19.83 en el valor spot. En el año acumula una apreciación del 0.30%, producto de un dólar que ha perdido un poco de terreno a nivel mundial y fundamentales estables como cuenta corriente, deuda / PIB u déficit fiscal. Aquí, solamente que veamos una presión al alza del dólar (índice DXY) y cambios en política monetaria de la Fed, veremos cambios significativos en el peso mexicano.
Pero también las tasas de interés tuvieron una jornada positiva en el mercado secundario, lo que denota, ligera mejora en el riesgo país de México ante inversionistas extranjeros.


Una visita incómoda


Este martes los ojos están puestos en la reunión que tendrá el Gobierno de México con la Vicepresidente de los Estados Unidos, Kamala Harris, donde el tema migratorio estará como básico y elemental, con tareas muy claras de mejorar el trabajo en el control y acceso de indocumentados por el lado sur de la República, pero también buscando un modelo social que evite la inquietud de la gente por salir de su país y erradicar la corrupción de los recursos que se invierten en este modelo.


Pero también llama la atención comentarios sobre algunos puntos que muestran riesgos para la seguridad de los Estados Unidos. La preocupación de que al menos un 33% del territorio nacional está en manos del crimen organizado y la aparente indiferencia del Gobierno Mexicano y el ejército, preocupa al Gobierno americano donde hacen falta acciones contundentes.


Llama la atención que se comente sobre posibles acuerdos estratégicos, políticos y comerciales que tendría el Gobierno mexicano con el Gobierno de Nicolás Maduro y altos mandos militares de Venezuela con el objetivo ligado al envío de drogas a Estados Unidos. Si el río suena, agua lleva y se debe buscar evitar a toda costa, riesgos de un mayor enfriamiento en la relación que guardan ambos Gobiernos.


Si este Gobierno mexicano no corrige su tendencia, el Gobierno de los Estados Unidos puede enfrentar riesgos de seguridad nacional y poner en riesgo el intercambio comercial del que México se beneficia grandemente por lo que nos llaman “gran proveedor”. Hace meses Donald Trump amenazó con declarar terroristas a grupos de narcotráfico y no quisiéramos esta declaración por los riesgos que implican. Pero también, al considerarnos como un “gran proveedor”, significa un vínculo con el Tratado Comercial de Estados Unidos que pudiera verse afectado o truncado de alguna forma.

 

@1ahuerta