La confluencia de informaciones causó nerviosismo: la próxima visita física de la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris a México y la llegada del subdirector de la CIA en el mismo escenario, teniendo como trasfondo estratégico la tensión y violencia en el clima electoral mexicano.

Pero el dato más importante radicó en las suspicacias de la CIA hacia la vicepresidenta. La propia Harris cuenta en sus memorias Nuestra Verdad, con orgullo, como se opuso en 2018 como senadora a la ratificación de Gina Haspel como la primera directora de la Agencia a propuesta del presidente Trump.

Haspel llegó al cargo con señalamientos de haber no sólo aprobado la tortura usada por la CIA como método de interrogatorio, sino de haber dirigido algunas sesiones. En la sesión de confirmación, Harris atacó en cinco ocasiones a Haspel preguntándole si las técnicas de interrogatorios eran “inmorales” y obviamente la funcionaria eludió la respuesta. El voto de Harris en contra de ese nombramiento fue anotado por la comunidad de funcionarios de la CIA que hoy dependen de Harris como vicepresidenta.

La CIA, por lo demás, no viaja en vuelos anunciados para ir a otros países a derrocar gobiernos. Tampoco se encarga de la seguridad personal se altos funcionarios. El subdirector David Cohen llegó de fuera de la comunidad de la CIA y fue subdirector de la agencia con Obama. Y el director de la agencia William Joseph Burns viene de sectores progresistas críticos a la agencia.

En el fondo tampoco se trata de un cambio de enfoque político sobre la CIA, sino más bien del tema que insistió Harris en las audiencias de Haspel: dotar de carga moral los comportamientos de las agencias de seguridad e inteligencia que se mueven en el mundo de la política inmoral. La CIA de Biden en México podría no ser la CIA de Reagan y Gavin, aunque nada hay de certezas en el mundo del espionaje.

Zona Zero

  • El canciller mexicano Marcelo Ebrard abrió nuevas formas de comunicación con el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, ahora que México comienza a profesionalizar un poco el funcionamiento de las agencias de inteligencia y seguridad nacional de EU. Ebrard fue el responsable de las reformas a la ley mexicana de seguridad nacional que obliga a agentes extranjeros a registrarse y a no operar aquí de manera clandestina y arbitraria. En las nuevas relaciones con EU falta el Senado de Ricardo Monreal.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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