Si puede evitar llevar el tema electoral a la mesa de su casa, a su trabajo o con los amigos, hágalo. La polarización ha alcanzado a nuestros espacios más personales y al final no vale la pena el pleito.

No son pocas las familias que se han dividido, alejado, tras una discusión de temas políticos que inicia en una sobremesa. Algo que bajo ningún motivo vale la pena.

Desde el primer minuto de este jueves inició esto que le llaman tiempo de reflexión, nada de campañas, nada de mensajes partidistas. Tiene que ser un auténtico espacio para pensar en nuestro entorno y cómo se afecta o se beneficia con las decisiones que tomemos.

Después de un inmisericorde bombardeo de propaganda partidista de pésima calidad, hoy amanecimos en silencio. Ojalá que todos los funcionarios públicos, de todos los niveles, respeten esa veda. Lo mejor sería que se recluyeran a tener una reflexión personal también.

Es tal la polarización en la que hemos caído los mexicanos que asumimos como propios los éxitos o fracasos de los políticos. Hacemos propios sus enojos y despreciamos a los mismos que ellos desprecian por simple imitación.

No nos damos tiempo de pensar en nuestros propios intereses, en la manera como las decisiones de Gobierno nos han afectado o beneficiado en lo personal.

Evidentemente que el impacto mayor en nuestras vidas en estos tiempos deriva de las consecuencias de la pandemia del Covid-19. No podremos culpar por ella a los gobernantes, pero sí podemos evaluar la respuesta de las autoridades, de todos los niveles de Gobierno, ante la emergencia.

La memoria social es corta y podemos olvidar fácilmente la respuesta inicial, si la reacción de los gobernantes fue acertada o interesada y negligente. Ya no recordamos lo difícil que era ver que llegaríamos a los cinco mil muertos, después a los diez mil, cincuenta mil y demás.

Sabemos que alrededor de medio millón de mexicanos fallecieron como consecuencia de la Covid-19, pero dejaron de ser nuestros muertos para convertirse simplemente en un número más.

Si nuestra memoria de la pandemia es el número de vacunas aplicadas esta semana, nos equivocamos. En el manejo de la pandemia puede haber muchos reconocimientos, pero también muchos reclamos que deberían alcanzar incluso el terreno penal.

Hay que evaluar en términos personales el impacto de la crisis económica en nuestros propios bolsillos y la velocidad con la que podremos recuperar todo lo perdido.

¿Cómo nos fue en casa con un encierro tan largo, con la pérdida de empleos y de ingresos y sin ayuda de ninguna autoridad?

En la medida en que regresemos el centro de nuestra atención a nuestras personas, a nuestras familias, podremos tomar las mejores decisiones en todos los sentidos.

El primer paso para regresar la atención a nosotros mismos, es dejar toda esa polarización artificial que se ha generado durante los últimos años fuera de nuestras casas, de nuestros círculos laborales o sociales.

Disfrutemos estos días de reflexión con ese maravilloso silencio tras las estridentes y estresantes campañas electorales de todos los candidatos y partidos.

 

  @campossuarez