Adrian Trejo

Alguien quería incendiar la pradera días antes de las elecciones.

Ni modo que fuera casualidad que tres casos en los que se involucraron normalistas en Chiapas, Puebla, Oaxaca, ocurrieran al mismo tiempo.

Aunque se ha tratado de justificar la movilización de los normalistas de escuelas rurales como un acto de solidaridad por la represión que sufrieron los alumnos de Mactumactzá, las movilizaciones fueron bien coordinadas.

Ayer se dejó en libertad a los normalistas chiapanecos, detenidos por la Policía local y a quienes se les fincaron varios delitos.

Uno supondría que con ello se terminaría el problema, pero no será así; los estudiantes quieren, porque al parecer ese fue el compromiso del Gobierno, más plazas en la Normal y trabajo asegurado para todos los egresados, algo que es imposible de conceder en este momento.

En Hidalgo también hubo una protesta que terminó, según el parte oficial, con tres policías y un manifestante herido, de cuyo estado de salud se desconoce cualquier información.

Los videos en donde el joven que protestaba cae después de recibir un impacto en la cabeza, presuntamente una bomba de gas lacrimógeno, son impactantes porque muestran a un cuerpo inmóvil, con la cabeza sangrando profusamente, sin que nadie haga algo por asistirlo.

Al clima de violencia en contra de candidatos, asesinados, intimidados, secuestrados, se sumaron estas protestas bajo sospecha, no de quien esto escribe sino de los gobernadores de cada entidad que las padeció.

Tal parece que el ambiente nacional -el presidente López Obrador dice que el país está en paz- en que la autoridad siempre aparece tarde, es un permiso tácito para que cualquiera ponga en jaque a las instituciones y salga indemne.

Si en buena parte de los municipios de los estados asediados por el narco pasa todo y no pasa nada, ¿por qué no intentar con una manifestación lograr un beneficio, el que sea?

Aparentemente se logró contener el incendio, pero por ahí quedan algunos fuegos encendidos esperando que alguien les atice… nomás por si se requiere después del domingo.

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De risa el anuncio de Mario Delgado de que levantará una denuncia ante la Fiscalía General de la República “por la retención’’ de que, dice, fue objeto la semana pasada en una carretera de Matamoros.

En los videos publicados, sólo se ve a una camioneta que se empareja al vehículo en el que viaja Delgado; hay un breve diálogo pero nunca se ven las “armas largas’’ que dice el líder de Morena que portaban ni el intento por detener completamente su marcha.

Y luego eso de esperarse casi una semana para la denuncia, pues nomás no checa.

Ya veremos cuáles son los elementos que presenta para probar que realmente lo querían asustar.

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Ayer le comentamos en este espacio cómo es que Fuerza por México se estaba convirtiendo en el nuevo Partido Verde.

Los candidatos de la nueva franquicia política, propiedad de Pedro Haces, lo mismo declinan por Morena, con los casos de Baja California y Guerrero, que por la alianza conformada por el PAN, PRD y PRI.

Algunos lo llaman pragmatismo, pero en mi pueblo le dicen de otra forma.

Haiga sido como haiga sido, parece que a Fuerza por México se le puede aplicar sin comas el chiste de Groucho Marx: “Damas y caballeros, estos son mis principios. Si no les gustan tengo otros”.

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¿Cuántas cartas tendrá escritas Marcelo Ebrard para enviar a medios internacionales que critican al Gobierno de López Obrador?

Ayer fue el alemán Die Welt; antes el francés Le Monde y la semana pasada The Economist, sin contar los artículos que le dedica El País y los diarios estadounidenses.

¿Cuál será el siguiente periódico “conservador y neoliberal’’ que le dedicará unas líneas a este Gobierno?

LEG