En Estados Unidos, nuestro primer socio comercial y motor económico a nivel global, sucede un fenómeno digno de ser analizado. El combate a la pandemia ha sido uno de los más exitosos si se toma en cuenta el acelerado ritmo en el que se encuentra su proceso de vacunación. Sin embargo, la recuperación económica, traducida en fuentes de trabajo, no ha tenido los resultados esperados.

Hasta este lunes, el Gobierno del presidente Joe Biden había logrado implementar las dos dosis anti Covid-19 al 37.7% de su población, y, en el caso de la primera inyección, al 48.1% de sus ciudadanos. Es decir, 123 millones y 157 millones de estadounidenses, respectivamente. 

Sin embargo, la reactivación de la economía de ese país, al menos en lo que a empleo se refiere, no se ha dado como se tenía previsto. Un estudio del Departamento del Trabajo de aquella nación, publicado la semana pasada, indica que, en marzo de este año, las empresas estadounidenses registraron un nivel récord de vacantes.

El dato es revelador. Si bien las ofertas de empleo tuvieron un incremento de 8% en ese mes de referencia (8.1 millones), las contrataciones aumentaron únicamente 4% (6 millones).

Al documento del Departamento del Trabajo se suma un sondeo realizado por la Federación Nacional de Negocios Independientes, en el que se revela que 44% de sus agremiados contaba con vacantes.

Los críticos de la administración Biden advierten que uno de los principales factores que ha contribuido al estancamiento de las contrataciones es la asistencia social que ese Gobierno ha brindado a las familias en el marco de la pandemia.

Actualmente, una familia puede recibir hasta 300 dólares semanales del Gobierno federal por cuestiones de desempleo, además del financiamiento que cada estado puede brindarles. Esto podría inhibir a muchas personas a atender las ofertas que las empresas, pequeñas, medianas y grandes, han desplegado desde que se comenzó a vislumbrar una salida a la crisis sanitaria.

A ello se agregan otros factores: salarios bajos, el persistente temor a contagiarse de Covid-19 si se regresa a un entorno laboral y los hijos que aún no vuelven a las escuelas y que requieren de la presencia de sus padres.

Este fenómeno es una de las muchas distorsiones que la pandemia ha traído para las sociedades, incluso las más avanzadas. Muestra también que los esfuerzos para lograr la recuperación implicarán un cambio de actitud de todos los actores que forman parte del motor de una economía.

 

Segundo tercio. Muy lejos de terminar, así advierte la Organización Mundial de la Salud cuando se refiere a las perspectivas de la pandemia.

Tercer tercio. “Hay una enorme desconexión que crece en algunos países con las tasas de vacunación más altas, parece haber una mentalidad de que la pandemia de Covid ha terminado, mientras que otros están experimentando enormes oleadas de infección”, apuntó el director general de la OMS de impronunciable nombre, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

 

   @EdelRio70