Con la llegada del Covid-19 las madres, pilares del hogar, han tenido que aprender a ser profesoras, psicólogas, administradoras y mucho más, sin dejar de lado sus empleos y el cuidado de sus hijos. 24 HORAS platicó con madres de familia, quienes compartieron el proceso de adaptación de su familia desde el inicio de la pandemia y cómo lo han vivido.

La policía federal Adriana Cruz Javier tiene 30 años y tres hijos, comentó que esta pandemia ha sido lo más difícil que han vivido ella y su familia: “Me ha costado mucho el hecho de que los niños no tengan clases, ya que no cuento con la preparación indicada para enseñarle a cada uno de los niños y eso lo hace complicado. El desgaste físico y mental que se realiza es mayor, mayor esfuerzo tanto para niños como para nosotros como padres.”

Adriana explicó que, además, tuvo que extremar los hábitos de limpieza, lo cual también implica un gasto extra con la compra de gel antibacterial, desinfectantes, entre otros artículos. “Lo que más extraño son las reuniones con toda la familia, la libertad de abrazar a familiares y amigos. Lo que más deseo ahora es que todo sea como antes.”

 

La también madre de 3 niños, Marisela Próspero, es empleada doméstica desde hace 6 años, quien tuvo que jugar el papel de administradora y estirar el dinero para que la crisis no los venciera. “Cuando empezó la pandemia me descansaron unos meses, pues también me encargaba de cuidar al bebé de la casa, mi esposo afortunadamente nunca se quedó sin trabajo pero ahora habían gastos extras como el internet, pero yo me limite a lo que había y así sobrevivimos.”

Una de las cuestiones más difíciles para Marisela fue darse cuenta que la vida es muy vulnerable. “Ahorita estamos bien y mañana no sabemos lo que vaya a pasar, la vida es así frágil, fue difícil entender que una enfermedad nos cambió la vida, me gustaría que ya llegará el día en que dijeran que han controlado la enfermedad y que todos han sido curados.”

Arely Santiago es madre de un niño de 7 años y trabaja como servidora pública en la FGJCDMX, quien tuvo que trabajar para complementar los gastos del hogar. “Lo más difícil de tener que trabajar fue dedicarle menos tiempo a mi hijo, sobre todo con las clases en línea que es más complicado para nosotros como papás que para ellos, uno se esfuerza pero hay muchas otras cosas que a ellos les hace falta. Afortunadamente, ahora con mi trabajo podemos ofrecerle muchas más herramientas que él requiere para sus estudios.”

La joven de 25 años compartió que lo más importante que aprendió con esta pandemia fue “darle importancia a lo que en verdad la tiene, a definir prioridades porque el tiempo no regresa, la familia es lo más importante y lo único que quiero es poder disfrutar al máximo con ellos.”

Madre soltera y dueña de una tienda de abarrotes, Susana Bautista tiene 34 años y un hijo de 8. La comerciante explicó que la pandemia la afectó mucho económicamente, pues desde el inicio perdió muchos clientes, y muchos otros acudían a pedirle fiado debido al desempleo. “Siempre he sido una persona muy comprensiva, he sufrido de carencias y con la pandemia muchos venían a pedirme cosas y aunque esto me afectaba yo entendía la necesidad que había, pero muchas veces no regresaban a pagarme. Ahora he tenido que aprender a decir que no, porque por mucho que quería ayudar, me estaba perjudicando a mi misma y yo tengo un hijo por el cual ver.”

Aunado a esto, Susana sufrió la pérdida de su hermano en la pandemia y aunque dice que le gustaría que estuviera con ella nuevamente, sabe que eso es imposible y lo único que desea ahora es “salir adelante y que todo regrese a la normalidad.”


Guadalupe Martínez trabaja en una gasolinera como despachadora, tiene 4 hijos, dos nietos y 35 años de edad. Si bien sus hijos ya no estudian, lo más difícil para ella ha sido pagar sus deudas. “Cuándo empezó la pandemia fue difícil, en el trabajo nada más iba cada tercer día, sentía mucha presión por un préstamo que tenía que pagar cada mes y los gastos de la casa, estando aquí me desesperaba porque gastaba mucho.”

Como muchas madres de familia, Guadalupe tuvo que aprender a limitarse a lo que tenía y estirar el dinero más de lo usual, aún así, comentó que “el regalo ideal este Día de las Madres sería  volver a salir sin miedo a contagiarme, que todo sea igual que antes, que todo regrese a la normalidad.”

 

PL