Países en Sudamérica pasan por un momento complicado en materia política, económica, social, de orden público y de salud. Un hilo conductor son las acciones autoritarias ejercidas con el fin de preservar el poder.

“En este marco, la región ha atravesado por procesos donde algunos gobiernos han instaurado regímenes totalitarios resultado de circunstancias que tienen que ver con la idea de mantener el poder a toda costa, por encima de las instituciones, del voto popular, y eso nos ha llevado a un panorama sombrío”, señaló Fernando Neira Orjuela, miembro del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM.

En Venezuela, un exministro en los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, Pedro Calzadilla fue designado presidente del Consejo Nacional Electoral. El Parlamento oficialista nombró a las nuevas autoridades con tres de cinco rectores principales vinculados al chavismo.

En Colombia suman ocho días de protesta en las calles contra el gobierno del presidente Iván Duque, quien intentó pasar al Congreso una ley tributaria ampliamente rechazada por considerar que lastimaba a las clases más desfavorecidas. El intento costó el puesto a su ministro de Hacienda.

En El Salvador, un Congreso bajo el control del mandatario de derechas Nayib Bukele destituyó el sábado a los cinco magistrados constitucionalistas de la Corte Suprema de Justicia acusándolos de decisiones “arbitrarias” y al fiscal general, Raúl Melara, por considerarlo cercano a la oposición.

En Guatemala, el Congreso se negó hace unos días a juramentar a Gloria Porras como magistrada de la Corte Constitucionalista, decisión que generó preocupación a nivel internacional y desató preguntas sobre la capacidad del organismo para llevar casos de corrupción de manera imparcial.

“Estos totalitarismos tienen el agravante de que lo que buscan es mantener una serie de élites en el poder a toda costa, incluyendo acabar con los síntomas de democracia incipiente que hay en algunos”, agregó el doctor en Estudios de Población por el Colegio de México.

CON LA COLABORACIÓN DE ELIZABETH RIVERA, FES ARAGÓN

Frases desde el poder

“Las cosas que suceden en El Salvador son básicamente un producto de las elecciones; teníamos que hacerlo y el pueblo lo pidió”
Nayib Bukele
Presidente de El Salvador

“La lucha contra la corrupción es de Estado, la hemos asumido con responsabilidad desde enero, y trabajamos de la mano con el MP”
Alejandro Giammattei
Presidente de Guatemala

“Hemos visto en últimos días hechos vandálicos criminales que son una sinrazón y atentan contra la seguridad de los ciudadanos”
Iván Duque
Presidente de Colombia

“Venezuela es un país que tiene una vida democrática intachable. Todo el apoyo, como jefe de Estado, al nuevo Consejo Nacional Electoral”
Nicolás Maduro
Presidente de Venezuela

En Venezuela, por ejemplo, señala el académico Fernando Neira, el régimen ha obtenido el control de todos los poderes y ha llevado a que el país enfrente una de las peores crisis de toda su historia.

“Se trata de un régimen que arribó desde una percepción de izquierda, pero se deben establecer matices porque el desarrollo es muy interesante. Se fue dando con Nicolás Maduro, cuando esa idea totalitaria se reafirma”, señala el doctor en Estudios de Población por el Colegio de México.

Es un sistema que en principio no tenía la proyección de ser autoritario, lo tiene también en parte por el proceso de intervención norteamericano tan agresivo.

En el caso colombiano, añade, hay un totalitarismo de Estado, “se trata de un régimen que se aferra al poder pero que es el resultado de varias décadas, hay 40 años de violencia partidista que fue consolidando un modelo en el cual los partidos tradicionales acordaron tener el control del poder”.

Una muestra está en los años 80, “cuando por voto popular un partido de izquierda obtuvo la votación mayoritaria, y lo que hacen esas élites es que lo aniquilan, matan a más de 3 mil personas y marginan a esos sectores alternativos”.

Una versión diferente ocurre en el caso salvadoreño, donde un presidente se comienza a atribuir la consolidación del poder a través de él mismo, de su figura y que, arropado por un respaldo mayoritario de un sector político, toma decisiones como atacar a la Corte Suprema, entrar con militares al Congreso.

“Se articula en torno a una figura que tiene como única opción que sea él quien puede sacar al país adelante, pero aniquilando todas las formas de participación, de democracia, de división de poderes.

Y algo similar sucede en Guatemala donde, con políticas, buscan afianzar un modelo autoritario que controle la economía y que no permita que sectores alternativos asuman el poder para sacar de la crisis a un país que lleva sufriendo varias décadas, que sufrió de dictaduras, intervenciones, y donde se han aniquilado procesos de participación.

LEG