La revista estadounidense POLITICO reveló que, internamente, la Unión Europea (UE) está cada vez más preocupada por el “giro autoritario” que está dando el gobierno de la República Popular China mediante “un mayor cierre del espacio político interno, mayores controles sociales y represión”.

Esto, según una carta confidencial de “alto nivel” que el medio obtuvo en días pasados y que estaba dirigida a los 27 miembros del Consejo Europeo -organismo colegiado que define las posturas y las prioridades de la UE, compuesto por los jefes de Estado o de gobierno de los países del bloque.

La misiva, fechada el 21 de abril pasado, iba firmada por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea -brazo Ejecutivo de la Unión-, y por Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad.

El documento, que sirvió de introducción a un reporte más extenso sobre la relación bilateral en los últimos años, explica que “la UE y China tienen divergencias fundamentales, ya sea sobre sus sistemas económicos y la gestión de la globalización; la democracia y los derechos humanos; o sobre cómo negociar con países terceros”. No obstante, subraya que “estas diferencias se mantendrán en el futuro previsible y no deben barrerse debajo de la alfombra”.

Además, los funcionarios europeos pidieron “trabajar en estrecha colaboración con (…) la nueva administración estadounidense (ya que) confirmó su intención de volver a comprometerse con las instituciones multilaterales y trabajar en estrecha colaboración con aliados y socios, también con respecto a China”. Este domingo, la oficina de Borrell confirmó que el documento existe y fue enviado al Consejo Europeo.

En los últimos años, el presidente chino Xi Jinping y el Partido Comunista han sido objeto de fuertes críticas internacionales, esencialmente por tres temas: su creciente hostilidad con Taiwán -como doctrina, el PC apoya la “unidad” de China y no reconoce a la isla como nación independiente-; la represión a los jóvenes activistas prodemocracia en Hong Kong; y la revelación de que existen “campos de reeducación” en la región de Xinjiang, con al menos un millón de uigures, en su mayoría musulmanes, cautivos contra su voluntad -acción que varias naciones han catalogado como “genocidio”.

LEG