El Acuerdo de Escazú, primer tratado que contiene disposiciones específicas para la promoción y protección de las personas defensoras del medio ambiente en América Latina, entró en vigor ayer, el Día Internacional de la Madre Tierra.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, lo calificó de “pionero” y “un hito”, mientras el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo que “brinda esperanza e inspiración”.

“Ante los daños e injusticias ambientales, instrumentos jurídicos como el Acuerdo de Escazú son una de las herramientas más eficaces para responsabilizar a los Estados, defender los derechos y proteger la salud de las personas y del planeta”, declaró Bachelet.

Se trata del primer tratado ambiental regional del mundo, que contiene disposiciones específicas para la promoción y la protección de los defensores de los derechos humanos ambientales.

“Esto es especialmente importante dado que América Latina es considerada una de las regiones más peligrosas del mundo para quienes defienden el medio ambiente, incluidos los pueblos indígenas y las comunidades afrodescendientes”, destacó Bachelet.

Y añadió que los hombres y mujeres que defienden el medio ambiente son amenazados en la región con acosos, narrativas estigmatizantes, y ataques contra su vida y su integridad personal.

En América Latina, muchas agresiones contra activistas se producen en el contexto de proyectos mineros, turísticos, hidroeléctricos y agroindustriales implementados sin el respeto al derecho a la consulta y el consentimiento previo, libre e informado de pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes.

 

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