La familia Gutiérrez pide a la Fiscalía General del Estado (FGE) de Querétaro que investigue la muerte del matrimonio de Juana María Gutiérrez y Abel Robles, ya que no comparten el diagnóstico de que se trató de un suicidio.

“El 12 de enero, mi hermana y su esposo fueron descubiertos en su domicilio sin vida por su hija Esmeralda, de ocho años. Las autoridades quieren hacernos creer que se quitaron la vida, pero eso no es verdad porque tenían planes para sus hijos de 8, 13, y 17 años; soñaban con verlos crecer… El asesino preparó el escenario y acomodó los cuerpos para que las manos estuvieran entrelazadas”, expresó Rosalba, hermana de la hoy occisa.

Pidió que la muerte de Juana María sea investigada como feminicidio, pues “fue ultimada en su casa, donde sólo había acceso a personas de su supuesta confianza (familiares de su cuñado Abel)”.

Rosalba expresó que los menores se encuentran viviendo en el mismo terreno donde asesinaron a sus papás.

Recordó que la familia de Abel -cuñado- cuenta con antecedes penales de violación; “Entre más pasa el tiempo, los niños corren peligro. No es justo que exista tanto tráfico de influencias; la Fiscalía no hace su trabajo.”

Externó que el matrimonio tenía una caja fuerte y que 5 millones 500 mil pesos fueron encontrados y quedaron resguardados en la Fiscalía de homicidios de Querétaro.

Refirió que los peritos no encontraron ventanas rotas, ni alguna línea que indique que el asesino fue algún extraño, además de que no tenían rastros de pólvora por detonación de arma de fuego en sus manos, por lo que evidentemente la teoría del suicidio debe ser descartada. “Quien los ultimó tuvo acceso al inmueble y conocía la rutina”.

 

LEG