Maya y Paula no pueden salir de Sudáfrica
Foto: AFP Las autoridades exigen a la pareja que prueben su filiación biológica, aunque son fruto de una gestación subrogada  

Desde que nacieron hace un mes, el namibio Phillip Lühl y el mexicano Guillermo Delgado están luchando para que las autoridades de Namibia les dejen llevar a casa a sus hijas Maya y Paula, fruto de una gestación subrogada en Sudáfrica.

De momento, las pequeñas se encuentran en Johannesburgo con Phillip y la madre de este, y nada parece interferir en sus siestas y biberones.

Las mellizas nacieron a mediados de marzo de una madre portadora sudafricana y desde entonces, sus padres -los arquitectos Phillip Lühl, de 38 años, y Guillermo Delgado, de 36- han intentado llevarlas a Windhoek, la capital de Namibia, donde viven.

Las autoridades namibias les exigen que prueben su filiación biológica.

La pareja ha acudido a los tribunales. El lunes, la corte de Windhoek debería pronunciarse al respecto.

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Phillip Lühl tiene la esperanza de, por lo menos, conseguir documentos temporales para volver a Windhoek, donde se encuentra su pareja y su otro hijo, Yona, de dos años.

Antes de que nacieran Maya y Paula, la pareja solicitó a las autoridades namibias documentos de viaje para ellas, para asegurarse de que podrían volver todos juntos “a casa”. Pero “para sorpresa nuestra, esta inocente solicitud fue rechazada”, explica Lühl a la AFP.

“Aquí estoy, en Sudáfrica, con las niñas y sin poder viajar, no puedo volver a Namibia”, cuenta Lühl. Su madre, Frauke (70 años), la abuela de las pequeñas, aprovecha para darle el biberón a una mientras la otra duerme.

Para la pareja, no existe ninguna base legal que exija un test de ADN, y creen que las autoridades namibias están incurriendo en un caso de “discriminación” porque son homosexuales.

“Nunca le hubieran pedido esto a una pareja heterosexual [o] a una madre soltera namibia que hubiera dado a luz en Sudáfrica”, señalan los dos hombres, indignados, agregando que los padres de niños adoptados tampoco tendrían que pasar por algo así.

Pero el gobierno namibio niega que se trate de discriminación, en un país en el que la homosexualidad continúa siendo ilegal, si bien la ley sobre la sodomía, que data de 1927, se aplica en muy raras ocasiones.

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Rotundo rechazo

El ministro namibio de Interior, Frans Kapofi, “no accedió a la solicitud de expedición de documentos de viaje para las mellizas porque su derecho a la nacionalidad namibia por filiación no se ha establecido”, declaró el gobierno en un comunicado el mes pasado, cuando la pareja llevó el caso a los tribunales.

Entretanto, su caso ha despertado una ola de solidaridad en el país. Cuando la pareja recurrió a la justicia para obtener los documentos de viaje, se organizaron manifestaciones frente al tribunal.

La pareja también está a la espera de que la justicia namibia se pronuncie sobre el caso de la nacionalidad de su hijo mayor, que también nació de una madre portadora.

Sin embargo, la pareja no esperaba toparse con tantos problemas a la hora de conseguir los documentos de viaje para sus hijas. “Estábamos preparados […] pero no para este rotundo rechazo del gobierno”, admite Phillip Lühl.

Con todo, sigue siendo “optimista”, asegura, mientras besa a sus hijas.

En la negativa del gobierno, Lühl lo único que ve es que la “homofobia del Estado sigue estando muy presente”.

Sudáfrica es, desde 2006, el único país africano en el que es legal el matrimonio igualitario. Numerosos países vecinos, como Botsuana, Mozambique o Angola, despenalizaron la homosexualidad.

Bajando la voz, Phillip Lühl promete que más tarde le contará a la batalla legal a sus hijas, y cómo les costó llevarlas a casa cuando solo eran dos bebés muy pequeños.

FF