En el primer bimestre de 2021, en la Ciudad de México se registraron 95 carpetas de investigación por violación equiparada, que comprende a menores de 12 años (y personas que no tengan “la capacidad de comprender el significado del hecho”), mientras que en 2019, en el mismo período, se abrieron 35 pesquisas por el mismo delito, un aumento del 171%, de acuerdo a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Gustavo López Montiel, doctor en Ciencia Política y profesor del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (Itesm), externó que este aumento podría deberse a que las autoridades están elaborando un registro más detallado sobre este tipo de delitos o a que durante la contingencia sanitaria por Covid-19 (que comenzó en marzo de 2020) se denunciaron más agresiones debido al confinamiento obligatorio.

“Hay más conciencia de estas prácticas… los medios de comunicación juegan un papel importante, entonces hay más denuncias que se dan a partir de diversos movimientos y genera espacios de confianza”, señaló.

Por otra parte, en cuanto al ilícito de violencia familiar en la capital se registró un 45% de aumento, pues en el primer bimestre de este año se documentaron cuatro mil 891 carpetas de investigación, contra el mismo período del 2019, con tres mil 363.

Raquel Ramírez Salgado, doctora en Ciencias Políticas y Sociales (UNAM), consideró que se debe diferenciar la violencia familiar y las agresiones contra las mujeres, ya que en la primera puede gestarse contra diversos integrantes del grupo.

“Vale la pena consultar la ley general de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia, en donde tenemos los tipos y modalidades que fue publicada en 2007”, externó a este diario.

Manifestó que el escenario que estamos enfrentando actualmente es inédito en términos sociales, salud e incluso transformaciones culturales: “era de pensarse que en un sistema patriarcal habría intimidación contra las mujeres por el confinamiento”.

Ana Joaquina Ruiz Guerra, consultora en políticas públicas con perspectiva de género, dijo que la pandemia puso sobre la mesa mayor tensión a las personas, porque al existir una escasez de recursos económicos para el gasto diario, termina manifestando mayores contextos de violencia.

“Estamos todo el tiempo juntos, encerrados en el mismo espacio, eso agudiza la violencia y el desgaste de las cargas de cuidado, porque tienen que cocinar, ser maestras, trabajar… aumentan los problemas de salud mental”, detalló la también integrante del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir.

Señaló que la violencia familiar o intrafamiliar puede comprender diversas categorías: psicológicas, emocionales, económicas, sexuales y físicas.

“La psicológica es hacer creer a la persona que no vale, la emocional es hacer sentir mal a alguien, la económica es restringir los recursos, la física son los golpes”.

LEG