Ayrton Senna
Foto: Instagram @oficialayrtonsenna Senna y el McLaren partieron desde la cuarta posición, aunque en la largada, el brasileño perdió una posición  

El 11 de abril de 1993, se corrió el Gran Premio de Europa en el histórico Donington Park, trazado que no había albergado una carrera desde los años 30. Ese regreso tuvo en el McLaren número 8 de Ayrton Senna al actor principal en la que es considerada como la vuelta más espectacular en la historia del campeonato mundial, pues pasó del quinto lugar al primero antes de terminar la primera vuelta.

Honda no era más el patrocinador de motores de la escudería inglesa, con lo que terminó una época que no ha vuelto a emular. Tras el desastroso 1992 en el que ni siquiera se le pudo competir a Williams, el divorcio llegó para dar paso a Ford y una etapa aún por explorar con un Senna que no quería partir del equipo que lo hizo campeón sin un título más.

En las dos primeras carreras del campeonato (Sudáfrica y Brasil), Prost y Senna, los eternos rivales se repartieron los triunfos. Había un dejo de optimismo en McLaren al ver que el dominio tan abrumador de Williams había reducido. Sin embargo, con el pasar de las fechas, fue lo contrario.

Sin embargo, aquella tarde en Donington Park, donde de evidenció como nunca la mala fama del clima ingles, se vio una muestra de talento puro al volante que desafió a la maquina anglo-francesa de Alain Prost y Damon Hill.

Como fue una constante desde 1992, los dos Williams arrancaron en la posición 1 y 2 de la parrilla de salida. Senna y el McLaren partieron desde la cuarta posición, aunque en la largada, el brasileño perdió una posición. Ahí fue donde comenzó el espectáculo.

Quien le arrebató la posición por unos instantes fue Karl Wendlinger, piloto austriaco que fue beneficiado por Michael Schumacher, quien a bordo del Benetton bloqueó al brasileño, aunque éste no tardó en superarlo tras las dos primeras curvas.

De cara a la tercera curva, Senna pisó el acelerador para atacar por fuera a Wendlinger, a quien rebasó magistralmente para después tener de frente a los dos Williams, las siguientes víctimas.

Entrada en la quinta curva y Hill vio por el retrovisor derecho cómo el McLaren con el 8 en la nariz se le acercó para propiciar un rebase, pues lo forzó a ceder el paso para evitar una colisión.

El momento que más ansiaba Senna llegó. Solo él y Prost, su eterno rival. También tuvo oportunidad de demostrarle quien era el maestro en lluvia. Velocidad disminuida ante la horquilla de frente y el McLaren reclamó la primera posición ante un Williams que por más dispositivos electrónicos que lo auxiliaban, no pudo ante el talento.

Senna no volvió a perder la punta en toda la carrera y terminó con su segunda victoria de aquella temporada. Los dos Williams llegaron tras de él. Los ingenieros y el staff de McLaren soñaron más que nunca que volverían a reinar. Al final, no ocurrió y Prost terminó como campeón mundial, no sin ver que su más grande rival dio una cátedra de manejo en las condiciones más adversas con un auto muy inferior al suyo.

 

fahl