Hay que reconocer cuando se hace un buen trabajo y la verdad la entrevista que hizo mi compañero Gustavo Adolfo Infante a Frida Sofía ha dado mucho de qué hablar y es un logro más en su carrera. Gus me dijo que eran las revelaciones más fuertes que le había hecho un famoso, pero nadie imaginó el grado del escándalo que se desataría ante estas declaraciones.

Me parece lamentable que al haber confesado que Enrique Guzmán la manoseó cuando era niña y varios hombres con los que su madre se relacionaba la tocaron y uno hasta la violó, se atrevan a tacharla de loca o decir que necesita ir al psiquiatra.

Queda claro que no podemos desacreditar a una víctima, en el medio se sabía que Frida Sofía había tenido una infancia difícil, pues Alejandra está enferma y ha batallado con sus adicciones; la cantante siempre ha sostenido que ama a su hija y que sólo vive una etapa de rebeldía, porque ha dado lo mejor, pues le ha dado lo necesario para que viva como reina.

Frida ha dicho en repetidas ocasiones que su relación era muy tóxica, siempre en medio de gritos y discusiones y, además, su madre siempre ha sentido rivalidad con ella, intenta competir con los galanes y finge ser la más divertida para llamar la atención, es por ello que se ha metido con sus novios, para demostrar que todavía es joven y lo suficientemente atractiva para que los hombres mueran por sus encantos. A Frida nadie le quita de la cabeza que Alejandra se metió con Christian Estrada, el hombre del que estaba embarazada y decidió abortar porque cuando le dio la noticia, prefirió quedarse de fiesta, ahí entendió que si algún día tiene un hijo no quiere que pase lo mismo que ella, quiere ser una buena madre y no era el momento para recibirlo.

Con tristeza relata que tiene más de un millón de seguidores pero cuando le pasa algo, no tiene a quien llamarle y desde los 16 años su madre la dejó sola en Miami con un bello departamento, pero nadie la apoyaba en momentos duros, vaya ni siquiera tenía quien le firmara la boleta de las calificaciones. Creció como pudo y ha sabido salir adelante, aunque por momentos ha pensado que no vale la pena vivir.

Frida lo confiesa todo hasta ahora, porque nadie le hubiera creído antes, la fama de su abuelo y de su madre la aplastan y es muy fácil que salgan a decir que no es cierto. Aclara que desde hace tiempo se mantiene sola y hace su lucha dentro de la música y como empresaria y cuando pide apoyo a Alejandra, ella le contesta que no se cuelgue de su fama, nadie entiende cómo una madre pueda negarse a ayudar a su hija.

Las dos se aman, se necesitan, pero no pueden estar juntas. Queda claro que el dolor y resentimiento que ha guardado durante años Frida Sofía no la deja vivir tranquila, calló todo por cuidar a su familia y desde que se decidió a hablar se convirtió en la oveja negra, pero para qué cuidarlos tanto, si nadie se preocupó por ella.

Hay más…, pero hasta ahí les cuento.

 

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