El duque de Edimburgo estaba a meses de cumplir el centenario de vida.
Foto: @RoyalFamily El duque de Edimburgo estaba a meses de cumplir el centenario de vida.  

Sobre el recién fallecido Felipe de Edimburgo, príncipe consorte durante 73 años de la reina Isabel II de Inglaterra, la escritora Lady Colin Campbell, autora del libro The Queen’s Marriage dijo: “Él emanaba masculinidad y era una promesa fuera y dentro de la cama”.

En los años que vivió “dos pasos atrás de la soberana”, Felipe fue el apátrida que renunció a su herencia y dote para sumarse a la Casa de los Windsor.

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En su casi siglo de vida, además de coleccionar las viñetas de los caricaturistas británicos más conocidos, también coleccionó amores, las más de las veces, del conocimiento de su esposa, la reina de Gran Bretaña.

Pese a estar siempre rodeado de seis guardaespaldas, el príncipe consorte lograba darse “sus escapadas”; el historiador y escritor especializado en la nobleza europea, Jean des Cars, señaló que Felipe le dijo en su momento al príncipe Bernardo de los Países Bajos:

“Tú sí tienes suerte, nadie te reconoce. Puedes tener tantas amiguitas como quieras. Pero yo tengo seis guardaespaldas a mi alrededor”.

Y, pese a sus correrías, quien en su momento renunció al apellido Mountbatten -que llevaron sus abuelos-, su nacionalidad, carrera militar, su religión (se volvió anglicano), y que a su descendencia nunca llevaría su apellido, siempre volvía a casa, al lado de su querida Lilibeth.

Según consignan los sitios Vanidades, Quien y Rsvponline, además de los libros The Queen’s Marriage de Lady Colin Campebell, y Los Windsor de Kitty Kelly, los siguientes serían algunos de los deslices más famosos del Duque de Edimburgo:

Uno de sus affaires más llamativos fue el que sostuvo con Susan Ferguson, madre de la duquesa de York, Sara. El esposo de Susan, Ronald Ferguson confesó a sus allegados que, mientras el jugaba polo, su mujer y el príncipe también “jugaban”; en 1992, cuando se incendió el Castillo de Windsor -el “año terrible” de Isabel II-, ellos “ardían de pasión” en Argentina.

El príncipe consorte casi siempre le fue infiel, incluso antes de la boda. La biógrafa y autora del libro Los Windsor, Kitty Kelly consiga que desde el noviazgo, Felipe le era infiel, con la actriz Cobina Wright Jr., quien conoció a la reina en 1939.

Por esas épocas -y de manera intermitente hasta 1989- mantuvo una relación con Daphne du Maurier (14 años mayor que él), y a quien conoció en 1907. Su marido, Frederick Arthur Montague Browning trabajaba en la oficina particular de Felipe de Edimburgo.

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En 1921 conoció a Pat Kirkwood, bailarina de cabaret con la que tenía un amigo en común. Este romance molestaba al rey Jorge VI.

En 1936 conoció a Alexandra de Kent, una de las damas de honor de Isabel II; 1949: Patricia Kluge convenció a su marido de pagar 50 mil libras esterlinas para conocer las caballerizas reales, donde conoció al príncipe.

En 1953, conoció a Lady Penny Brabourne, esposa de uno de los ahijados de Felipe. Al separarse la pareja, ella buscó consuelo en sus brazos.

De igual manera sostuvo un amorío con Sasha, la duquesa de Abercon. Pero uno de sus mayores escándalos fue por Romy Adlington, novia de su hijo Eduardo.

Cuando la joven contaba 16 años y él, 66, este le hacía insinuaciones, la miraba de manera lasciva y tocaba sin permiso. Romy se sintió incómoda, motivo por el cual terminó su novizago con Eduardo.

Felipe de Grecia y Dinamarca nació en la isla de Corfú, en el palacio familiar de Mon Repos, el 10 de junio de 1921. Sobrino del rey Constantino I de Grecia, obligado a abdicar tras las derrotas que le propinó el ejército turco de Kemal Ataturk. Fue hijo del príncipe Andrés, hermano del rey, y de la princesa Alicia de Battenberg.

LV