El grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados pretende dar un albazo legislativo y llevar al pleno un dictamen en el que incluyeron ¡48 iniciativas! de chile, dulce y manteca.

Se trata del dictamen mediante el cual, dicen los legisladores guindas, se busca dotar a todos los mexicanos de una ley de “igualdad sustantiva’’ para lo cual necesitan modificar algunos artículos constitucionales.

En una entrega anterior les hablamos de este proyecto de legislación que busca cambiar los conceptos ancestrales en los que se ancla la convivencia social en nuestro país.

Por ejemplo, en el concepto de familia, aceptada por sociólogos, politólogos, psicólogos como la célula madre de la sociedad, el dictamen en cuestión propone reformar el artículo 4º de la Constitución para sustituir “familia’’ por “comunidad familiar’’, lo que abre un mar de posibilidades para su interpretación jurídica.

Comunidad familiar podría ser considerada la poligamia -tolerada en algunos países-, o un matrimonio entre tres personas del mismo género, como ya ocurrió en Colombia.

También se impulsa el concepto de autonomía reproductiva segura, que es simplemente un eufemismo para llevar a la Constitución el tema del aborto.

Si bien en algunos estados, entre ellos la Ciudad de México, el aborto es legal hasta las 12 semanas de gestación, los diputados quieren ampliar algunas condicionantes y legalizar la medida en todo el país, lo que representaría también una intromisión en las decisiones de los gobiernos locales.

El dictamen tiene propuestas de legislación que duplican leyes que ya protegen los derechos de las comunidades LGBT y a las mujeres.

O los legisladores no han leído qué es lo que votarán, o si lo leyeron no tienen el marco de referencia de las leyes que ya existen en esos temas.

Hay un tema que también generará un gran debate, si es que el madruguete no se consuma, y tiene que ver con el derecho “de toda persona a decidir su identidad sexual’’.

Mire, el tema no tiene que ver con los derechos protegidos de todas y todos sobre sus preferencias sexuales, sino con la posibilidad de criar a los niños/as sin una identidad definida hasta que ellos, llegando a la mayoría de edad, puedan decidir si quieren ser hombre o mujer.

Si hasta el propio presidente López Obrador reconoce que la situación de violencia que vive el país -y que su Gobierno no ha podido contener- tiene su origen en la desintegración familiar, ¿qué país seremos en la próxima generación si nuestros legisladores “vanguardistas’’ aprueban el bodrio?

Ojo, no se está en contra de la ampliación de los derechos ciudadanos ni en contra de la libre elección, pero sí en contra de las ocurrencias de un grupo de diputados que ni siquiera han evaluado los pros y contras de sus decisiones.

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En días pasados, los cooperativistas de la cementera de La Cruz Azul, realizaron una asamblea en la que se concedieron todos los poderes legales a José Antonio Marín Gutiérrez y Víctor Manuel Velázquez, quienes serán los responsables de conducir los destinos de la empresa.

Con esta acción, quedan fuera de la cooperativa, es decir, sin derecho alguno, los exdirigentes Guillermo Álvarez Cuevas -prófugo de la justicia-, su hijo Guillermo Robín Álvarez Álvarez, Mario Sánchez Álvarez, Miguel Eduardo Borrell Rodríguez, entre otros, acusados de lavado de dinero y asociación delictuosa.

Los exabogados de Álvarez Cuevas, incluso negocian un criterio de oportunidad con la Fiscalía General de la República, es decir, ofrecen información a cambio de que les sean retiradas las órdenes de aprehensión en su contra.

La nueva directiva también tendrá el control del equipo de futbol que habría sido utilizado por “Billy Álvarez’’ como uno de los instrumentos para desviar millones de dólares a sus cuentas personales.

LEG