Adrian Trejo

A la expectativa de que el país sufra una tercera ola de Covid-19 en los próximos días, vale la pena ver la numerología oficial sobre el ritmo de vacunación hasta ayer.

En todo el mundo, se reconoce que la inmunidad de rebaño se alcanzará cuando esté vacunada al menos 75% de la población en cada país.

Las cifras que dio a conocer ayer la Secretaría de Salud, si bien muestran un avance, este resulta insuficiente para que, por lo menos en este año, se logre la inmunización de más del 10% de la población.

México, de acuerdo a los datos oficiales, ha recibido 15 millones 163,420 dosis de vacunas de las cuales lleva aplicadas 9 millones 287,405 dosis, es decir, 61.24 por ciento.

Pero (aquí el primer pero) solo 1 millón 174,175 mexicanos tienen la dosis completa, es decir, las dos vacunas, lo que equivale al 0.92% de nuestra población que de acuerdo al último censo del INEGI es de 126 millones en número cerrados.

Es decir, que desde el 24 de diciembre del año pasado que se aplicó la primera vacuna en el país, hasta ayer no se había inmunizado completamente ni al 1% de la población nacional.

En el caso de los adultos mayores, se ha vacunado a 6 millones 852,585 (el 45% de un total de 15 millones), pero solo 476,175 tienen la protección completa, apenas 6.94 por ciento.

Para ponerlo en cristiano, solo 7 de cada 100 adultos mayores tiene protección completa, hasta ayer.

Si bien es cierto que la preocupación de las autoridades de Salud radica en este momento en cómo hacer frente a una eventual tercera ola de contagios resultado del relajamiento de los protocolos sanitarios en la Semana Santa, el problema más grave sigue siendo la insuficiencia de vacunas y el tortuguismo con el que éstas se aplican.

El subsecretario Hugo López-Gatell celebró ayer como un logro que México haya pasado del lugar 17 al 14 en la tabla global de vacunación, pero eso no tiene relevancia si consideramos integralmente el problema en México.

Mientras el porcentaje de mexicanos inmunizados siga por los suelos, podemos tener una tercera, cuarta o quinta ola.

O un tsunami.

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Tanto se ha cuestionado a los partidos políticos por hacer candidatos a personajes impresentables, que Redes Sociales Progresistas (RSP) que encabeza Fernando González no puede ignorar el audio en el que uno de sus candidatos, el “actor’’ Alfredo Adame, revela un plan para quedarse con el dinero de la campaña.

En el audio que se viralizó ayer, Adame explica que de los 40 millones de pesos que supuestamente recibirá para su campaña por una diputación federal en Tlalpan, “se chingará’’ 25 millones.

La respuesta de este personaje, célebre por sus escándalos más que por su trabajo, debería provocar que RSP eliminara su candidatura, sino quiere empezar mal su periplo para mantener el registro como partido.

El sujeto en cuestión ya se vio, no le aportará nada.

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El Gobierno, los empresarios y los sindicatos, lograron un acuerdo para regular el outsourcing, o más bien, para definirlo en bueno y malo.

El bueno será el especializado, según el secretario de Hacienda, y el malo el que se utiliza para evadir obligaciones fiscales y otras cosas.

Lo malo del bueno es que no se dio a conocer cuáles categorías entrarán en ese rubro y lo peor del malo es que dejará sin empleo a miles de trabajadores ocupados en labores de limpieza y “seguridad’’, que no serán integrados a la plantilla laboral de la empresa que los subcontrata.

Pero hay acuerdo.

LEG