Un campamento improvisado en la garita internacional de El Chaparral, en Tijuana, Baja California, está formado en gran parte por niñas y niños que se suman a una ola creciente de migrantes que llegan cada día a la frontera huyendo de la pobreza y la violencia que viven en su país de origen, situación que comenzó después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, eliminara algunas restricciones migratorias impuestas por su predecesor, Donald Trump.

Se estima que más de mil 500 migrantes, en su mayoría de origen centroamericano, se concentran en el campamento que se estableció desde el pasado 19 de febrero, de los cuales 40% está integrado por menores de edad.

Las bajas temperaturas en la zona han provocado que una gran cantidad de niños sufran de enfermedades respiratorias, de los cuales decenas han sido atendidos por personal de la Secretaría de Salud.

Debido al hacinamiento, niñas y niños han pasado semanas sin recibir educación, por lo que un grupo de madres migrantes y maestras tomaron la decisión de crear una escuela improvisada dentro del campamento, con el objetivo de que los menores reciban clases.

Los migrantes aseguran que no se moverán del campamento hasta lograr el asilo político por parte de EU.

LEG