José Ureña

Mil dramas cruzados y una víctima salvadoreña

El escándalo es internacional.

Tanto como los dramas.

Comencemos con el oficial:

Por disposición presidencial, uno de los mil ángulos de la austeridad pregonada desde el Gobierno, se cancelaron los fondos al Programa de Fortalecimiento para la Seguridad (Fortaseg, hasta 2016 Subsemun).

Eran recursos etiquetados mediante los cuales, al suscribir los convenios, los municipios se comprometían a destinarlos a evaluación, control de confianza, formación y capacitación policiaca.

Fue la tarascada final, pues en 2020 se redujeron las partidas en tres por ciento en relación a 2019.

Hasta el último año de su vigencia, el anterior, aproximadamente 300 municipios recibieron tres mil 922 millones de pesos.

Ese dinero ya no les llega.

Tulum es una de las muestras, sin duda agravada con el descuido del alcalde Víctor Mas Tah de no tener mejor control en la selección y contratación del personal al cual encomienda a su población.

Aquí entramos a otro drama de pobreza e impreparación.

EL EMPLEO DEL DESEMPLEO

Una mujer, urgida por la pobreza, buscó trabajo sin éxito.

Así llegó la policía de Tulum.

Sin preparación, con bajo salario pero empoderada con el uniforme, así se encontró con una mujer que escandalizaba en la calle.

Sometió a Victoria Esperanza Salazar Arraiza, una salvadoreña con visa humanitaria, de la peor manera para ser mala noticia en gran parte del mundo.

Muestra viviente de la barbarie de nuestros cuerpos de seguridad pública sin importar el nivel de pertenencia, federal, estatal o municipal.

La atacó para tumbarla, someterla, esposarla, ponerle la rodilla sobre el cuello, romperle el esqueleto y matarla por la fuerza excesiva usada.

Sus tres compañeros de labores se convirtieron en tres cómplices, pues sin la elemental preparación, no intentaron contenerla ni exhortarla a actuar con respeto a los derechos humanos.

Victoria, se sabe ahora, vivía un drama en su tierra y abandonó El Salvador para encontrar otro peor en México.

Se unió a un mexicano y, para desgracia familiar, violentaba y abusaba de sus dos hijas menores de edad.

La muerte no llegó sola.

Ahora hay cinco familias rotas: la de la salvadoreña y las de los cuatro policías de Tulum.

REAPARICIÓN DE MADRAZO

1.- El priismo, por no decir toda la clase política, se cimbró.

Escuchó y vio con pasmo la entrevista concedida por Roberto Madrazo al periodista Ciro Gómez Leyva sobre su participación en la agencia Latinus.

Era una versión pública, inclusive manejada por algunos medios.

Pero el ex dirigente priista acusó el golpe, él sabrá por qué:

“Ya esperábamos el ataque a Latinus, se veía venir que atacarían a mi hijo Federico y a mi yerno Alexis (Nickin Gaxiola). Ellos son los que están trabajando en el proyecto…”.

El asunto tendrá mucha saga y seguramente será tema matutino en Palacio Nacional para demostrar cómo se ataca la figura presidencial por los adversarios.

Más personajes, más epítetos, más material para atascar las redes sociales de las granjas contratadas para hacer la campaña del oficialismo.

Y 2.- No puede hablarse de torpeza en Quintana Roo.

El fiscal Óscar Montes de Oca ya tiene detenidos a los feminicidas del fin de semana, pero también el ojo de la sociedad y su reto será satisfacer el clamor de justicia.

LEG

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