El director Bertrand Tavernier, falleció ayer a los 79 años, fue una de las figuras más emblemáticas y respetadas del cine francés, que vivió volcado en su multipremiada obra ecléctica y en la defensa y promoción del séptimo arte.

“Junto a su esposa Sarah, sus hijos Nils y Tifanny y sus nietos, el Instituto Lumière (…) comunica con tristeza y dolor la desaparición hoy de Bertrand Tavernier”, indicó en Twitter esta institución dedicada al cine y de la que era presidente.

Gran cinéfilo, Tavernier militó a favor del cine francés independiente, pero eso no le impidió mostrar su pasión por el Hollywood del siglo XX.

Sus películas fueron recompensadas tanto en Francia como en el extranjero.

En 1983, 1280 almas fue nominada a los Óscar y un año después, Un domingo en el campo se llevó un premio en Cannes. En los años 1990, La vida y nada más se alzó con el BAFTA a la mejor película extranjera y La Carnaza, con el Oso de Oro de la Berlinale.

En Francia, reunió cinco premios César a lo largo de su carrera y la Mostra de Venecia le recompensó con un León de Oro por el conjunto de su obra.

Tavernier deja una filmografía producida en guerra contra las injusticias, el racismo, la droga y el desempleo. Mimaba la narración y los personajes, los mismos que rechazaba la corriente cinematográfica de la “Nouvelle Vague”.

Con información de afp

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