Como en una película de ciencia ficción, estudiantes crearon un robot que realiza tareas para evitar la propagación del Covid-19, como la sanitización de espacios interiores con luz ultravioleta (UV) y de exteriores con el rocío de sustancias… Y su nombre es Robocov.

Pedro Ponce, profesor investigador del Tec de Monterrey en Ciudad de México, destacó que “Robocov trata de ayudar a las personas a tener más seguridad de que están trabajando en espacios sin virus y así recobrar un poco más la confianza de estar en un ambiente sano”.

En una entrevista con 24 HORAS, el también líder del proyecto comentó que el robot es reconfigurable, porque puede hacer diferentes tipos de actividades y la idea es que utilice la misma plataforma como si fuera el chasis de un automóvil, y así se montan las diversas funcionalidades, como transporte de carga, detección del buen empleo de cubrebocas en personas y la medición de temperatura, entre otros.

Abundó que es un vigilante y que el nombre de Robocov está compuesto por dos partes: “robo”, de robot, y “cov”, de Covid, aunque para sus creadores es una especie de policía (como en la película Robocop) que ayuda a eliminar el virus.

“Toma temperatura e incluso hace un pequeño triage a través de preguntas para detectar si alguien ha estado cerca de una persona con indicios de coronavirus y dar las indicaciones correspondientes”.

El investigador señaló que la máquina se controla de manera remota y tiene navegación asistida, ya que en lugares muy restringidos podría colisionar, pero gracias a esta navegación encuentra la ruta más accesible.

Cuestionado sobre en qué fecha estará listo, el académico aseguró que en un par de semanas, pues ya están trabajando en la última etapa tanto de manera estética y funcional.

“Un robot tiene una parte mecánica, electrónica, sensores, comunicación inalámbrica. Al final se tienen que hacer pruebas en cada uno de los sistemas, no es algo trivial; prácticamente lo hicimos reconfigurable, que la misma plataforma tuviera diversas actividades”.

Recordó que desde que inició la pandemia, estudiantes de carrera, posgrado, profesores e investigadores empezaron a pensar en los diseños y bosquejos preliminares del robot, hasta el día de hoy.

“Es un año, pero hacer las cosas tiene un grado de maduración e implica que se realice de manera bien planificada. Por ejemplo, en el caso de los cubrebocas no solo es si la persona lo trae o no, también dice si lo tiene mal puesto y se puede mandar el mensaje al individuo y decirle como se lo puede poner de manera correcta”.

“Al final del día es que cada subsistema cumpla con el objetivo que queremos… a lo mejor pudimos hacer un prototipo en dos meses, pero hicimos investigaciones y usa un sistema de inteligencia artificial que permite, por ejemplo, detectar a qué distancia se encuentra una persona de otra”, explicó.

 

LEG